El Govern de la Generalitat ha enfriado una promesa de la conselleria de Territorio para el 2024: un bus exprés que tiene que unir Vilanova, Vilafranca e Igualada. El ejecutivo de Pere Aragonès incluyó en los presupuestos del 2023 una partida para sacar adelante una demanda histórica de la veguería del Penedès, como es unir por transporte público tres capitales comarcales que tienen una conectividad deficiente. El delegado del Govern en el Penedès, David Alquézar, ha apuntado que la Secretaría de Movilidad está trabajando en una reforma "integral" de la red de bus interurbano y ha garantizado que desde el Penedès se está analizando toda la movilidad "en el sentido amplio de la veguería". Sin embargo, el ejecutivo prometió que, una vez se acabaran las obras de la C-15 entre Vilafranca e Igualada, el servicio de bus exprés se pondría en marcha.

Ahora, las obras ya han acabado y el Govern deja por otro momento el bus exprés entre las tres capitales penedesenques. "Queremos ver el detalle del uso del transporte público para usos diversos, pero también qué necesidades hay en transporte escolar y vinculado a otros aspectos como la justicia", ha precisado, añadiendo que la línea de bus exprés entre Vilanova, Vilafranca e Igualada se valorará en el marco de estos estudios. De esta manera, no se contempla la posibilidad de que pueda ponerse en marcha este 2024.

Los ayuntamientos exigen por unanimidad que cumpla con su compromiso

De hecho, los ayuntamientos de Vilanova e Igualada se han sublevado. Los dos plenos han aprobado dos mociones que instaban el Govern de la Generalitat a sacar adelante el despliegue del bus exprés, tal como prometió. Concretamente, el PSC en Igualada presentó el pasado miércoles 31 de enero una moción para que el ejecutivo cumpliera. La propuesta salió adelante por unanimidad. Por su parte, en Vilanova i la Geltrú, el gobierno municipal (PSC y comunes) consiguió sacar adelante por unanimidad una moción que iba en el mismo sentido.

Las obras para mejorar la C-15 y optimizar la conectividad entre las tres capitales del Penedès acabaron el pasado diciembre y ha tenido un coste de 81 millones de euros. La afectación ha consistido en la construcción de un tercer carril, un separador central y un desdoblamiento de un tramo para facilitar los adelantamientos y la fluidez. Eso permite que los buses puedan circular con más facilidad, ya que Igualada no tiene conectividad directa en transporte público ni con Vilafranca ni con Vilanova, aunque esté únicamente a media hora en coche de la capital del Alt Penedès.