El govern en el exilio ha anunciado una demanda civil contra el juez Pablo Llarena. Toni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig desde Bruselas, en rueda de prensa, han anunciado también una recusación contra el magistrado al Tribunal Supremo. La justicia belga ha recibido hoy la demanda y le ha dado curso poniendo fecha ya y citando Llarena para el 4 de septiembre.
"Tenemos el derecho a protegernos ante la jurisdicción belga", ha explicado el conseller Toni Comín en Bélgica donde mantiene que allí "sí se pueden defender. La demanda se presenta en Bélgica porque es donde residen y donde se les pueden garantizar mejor sus derechos.
"Hasta ahora nuestra defensa había ido estrictamente focalizada en evitar la extradición pero aconsejados por nuestros abogados creemos que hacen falta acciones legales más robustas", ha añadido Comín.
La demanda civil se presenta conjuntamente entre el presidente Carles Puigdemont y los consellers en el exilio Comín, Serret, Puig y Ponsatí. Está basada en las declaraciones que Pablo Llarena ha hecho fuera de los juzgados y avalada por los escritos judiciales del caso.
En este sentido, Toni Comín, ha explicado que "el juez no se ha limitado a escribir una serie de posicionamientos que consideramos que ponen de manifiesto que estamos perseguidos por nuestras ideas políticas, sino que también lo ha hecho fuera de su acción jurisdiccional, fuera de los tribunales en los que expresa estos perjuicios que demuestran que estamos siendo perseguidos por nuestras ideas", haciendo referencia a unas declaraciones en una conferencia que realizó el magistrado a Llarena en Oviedo.
Según el govern en el exilio la actitud de Llarena está vulnerando el derecho a un juez imparcial, a un proceso judicial equitativo, justo y a la presunción de inocencia.
Carles Puigdemont ha intervenido desde Alemania por videoconferencia y ha destacado que están "siendo perseguidos por la ideología política". Y ha expuesto que la estrategia judicial también "sirve para recuperar las libertades de los compañeros que son en la cárcel".
"Nos pueden perseguir pero no nos harán rendir", ha sentenciado el presidente en el exilio.