En tiempo de descuento. El Govern dispone de menos de 24 horas para conseguir reunir los apoyos necesarios para poder aprobar los presupuestos del 2024. Y hasta ahora no parece que esté a tiempo de hacerlo. Después de garantizarse los votos del PSC, falta ganarse el voto de Junts o de los comunes (si no los dos), pero hasta ahora los contactos no fructifican. Es por eso que el ejecutivo empieza a impacientarse y ya se ha lanzado a presionar las formaciones de Jordi Turull y Jéssica Albiach, si bien con especial énfasis hacia estos últimos.
Y es que los equipos negociadores del Govern y de los comunes se han reunido nuevamente este martes por la mañana, eso sí, sin llegar a ningún acuerdo concreto todavía para la aprobación de los presupuestos con el 'sí' o la abstención de la formación de izquierdas. La portavoz del ejecutivo, Patrícia Plaja, ha dicho que las negociaciones "están vivas" y que "hay tiempo para negociar". A pesar del rechazo de los comunes, ha defendido que estas son unas cuentas "buenísimas" y "de canto social", "los más altos que ha tenido nunca el país". Es por eso que la portavoz ha ligado su sorpresa al veto de Albiach con unos reproches directos por su exigencia continuada de retirar el Hard Rock de las cuentas. El macroproyecto es una exigencia del PSC de Salvador Illa, pero los lilas quieren que se eche atrás el Plan Director Urbanístico (PDU).
"Si los comunes siguen pidiendo cosas imposibles, el acuerdo es imposible", ha lamentado. En este sentido, ha argumentado que el Govern no tiene ningún margen para "parar" el procedimiento del Hard Rock, y no puede obligar a los funcionarios de la Generalitat "a hacer nada porque eso sería prevaricar". "Y el grupo de Jéssica Albiach lo sabe perfectamente". Es por eso que la portavoz se ha planteado si los comunes están realmente dispuestos a aprobar las cuentas. "Parece que no quieren los presupuestos, que no hay voluntad política," ha afirmado, acusando la formación de utilizar el Hard Rock como "excusa" para mantener su veto. Y lo ha concluido con una crítica directa, planteando que el interés sea "desgastar el Govern" de Pere Aragonès.
Sucesiones, una línea roja
Por otra parte, y con respecto a Junts, la formación de Jordi Turull anunció ayer una enmienda a la totalidad "preventiva" en las cuentas, si bien con la "disposición" de seguir negociando con una sola condición: que el Govern acepte la eliminación (bonificando al 99%) del impuesto de sucesiones. La portavoz ha explicado que esta demanda es "una línea roja" para el ejecutivo de Aragonès, y ha acusado a Junts de estar "enrocados" con una cuestión fiscal "que no tiene consenso". "Son 1.200 millones de euros que dejarían de invertirse en temas sociales", ha advertido, cerrando la puerta a dejar caer estas inversiones. En todo caso, el Govern tiene la voluntad de "seguir negociando" con los juntaires y "hacer posible el acuerdo", siempre que abandone esta exigencia.