El Govern instalará una desalinizadora flotante en el puerto de Barcelona que entrará en funcionamiento en caso de que el sistema Ter-Llobregat entre en emergencia II, un escenario que no se prevé para antes del próximo octubre. Así lo ha aprobado la Comissió Interdepartamental de Sequera (CIS) con el objetivo de garantizar el suministro de agua a Barcelona y su área metropolitana en los próximos meses sin necesidad de aplicar nuevas restricciones. La desalinizadora flotante producirá 14 hm³ anuales, el equivalente al 6% del consumo de agua del área metropolitana de Barcelona. La instalación aportará 40.000 m³ de agua a la red de distribución y, con esta operación, se descarta llevar barcos cargados de agua desde otros territorios.
La fase de emergencia II se declara cuando las reservas llegan a los 67 hm³ (10,95%). El consumo de agua se restringe a 180 litros por habitante y día. Cuando se entre en esta fase, los volúmenes totales de agua que entran en el depósito municipal para el abastecimiento de la población no pueden superar los 180 litros por habitante y día (incluyendo actividades económicas y comerciales) y se prohíbe, entre otros, la limpieza con agua potable de calles, alcantarillado, pavimentos, fachadas y similares, ya sean públicos o particulares excepto si la limpieza es resultado de un accidente o de un incendio, o bien existe un riesgo sanitario o un riesgo en la seguridad vial.
Según ha explicado el conseller de Acció Climàtica, David Mascort, la compra de la desalinizadora se ha hecho para que funcione durante cinco años. Sin embargo, el conseller reiteró que, en caso de que Barcelona y su área metropolitana no necesiten el agua producida desde la desalinizadora, el Govern "se la podría vender". Mascort también ha indicado que la previsión son cinco años porque es el plazo en el que el ejecutivo prevé que ya estén en funciones otras obras clave en lo que se refiere a la producción de recursos hídricos, como son la ampliación de la desalinizadora de la Tordera y la del Foix.
El Port está preparado
La desalinizadora flotante generará 14 hm³ anuales, el equivalente al 6% del consumo del área metropolitana de Barcelona. Este tipo de instalaciones son embarcaciones equipadas con los elementos y la tecnología necesarias para llevar a cabo un proceso de desalinización por osmosis inversa. El puerto de Barcelona ya dispone de las instalaciones preparadas y también se ha acordado el punto donde se ubicará la desalinizadora y la conexión de la cañería de transporte del agua. El agua que se produzca se enviará a un depósito intermedio que actualmente se está acondicionando y que estará operativo en junio. Desde este depósito, el agua se incorporará a la red de distribución.
Un sistema más eficiente que los barcos
El volumen de agua que se podrá incorporar a la red a diario es superior al que se hubiera aportado al sistema a través del transporte en barcos que se había estudiado inicialmente. La desalinizadora flotante produce unos 40.000 m³/día, mientras que los barcos pueden transportar al día 25.000 m³ por término medio.
Por su parte, el coste de producción del agua a través de una desalinizadora flotante es mucho más económico, casi la mitad, de lo que costaría si llegara a través de embarcaciones. Así, el coste se situará en torno a los 6 €/m³, mientras que con barcos se eleva hasta los 10 €/m³. El Govern ha optado por esta alternativa para evitar también posibles contratiempos y retrasos que se hubieran podido producir con el uso de barcos.
12 desalinizadoras en la Costa Brava
Por otra parte, el Govern y el Consorci d’aigües Costa Brava Girona (CACBG) comprarán 12 desalinizadoras móviles para abastecer una docena de municipios a partir de junio. Según el ejecutivo, se instalarán cuatro desaladoras en Roses, cuatro en las instalaciones del ETAP Empuriabrava (que es la estación potabilizadora) y cuatro más en la playa de Empuriabrava. El destino del agua producida en las desalinizadoras de Roses será el mismo municipio, a través de una conexión con la red de distribución, mientras que el resto de desalinizadoras darán servicio a los municipios que se abastecen del ETAP Empuriabrava: Cadaqués, Llançà, Roses, Castelló d'Empúries —que incluye Empuriabrava—, Mancomunitat de Pau, Palau Saverdera, Vilajuïga, Garriguella, Pedret i Marzà, El Port de la Selva y Selva de Mar.
Las 12 desalinizadoras móviles tendrán un coste aproximado de 10 millones de euros y se prevé que cada una de ellas, produzca 1.000 m³ al día, una producción que cubrirá aproximadamente el 35% de la demanda de agua de la zona de abastecimiento de la Costa Brava Nord del Consorci d’aigües Costa Brava Girona (CACBG), el ente encargado de la gestión del servicio de agua a buena parte de la Costa Brava. El Consorci d’aigües Costa Brava Girona las adquirirá y la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) le otorga una subvención de 5 millones de euros para ayudar a sufragar la inversión.
El resto de zonas de los municipios de la Costa Brava, los de la zona centro y sur, tienen garantizado el servicio. Los municipios de la Costa Brava Centre se abastecen de la unidad Baix Ter, es decir, del agua proveniente de los embalses de Sau y Susqueda, y los municipios de la Costa Brava Sud, se abastecen del agua proveniente de la Instal·ladora de Tractament d'Aigua Marina (ITAM) Tordera y la potabilizadora de Palafolls (ETAP).