Todos necesitamos vacaciones. Era el comentario que hacía entre bambalinas un alto cargo de Govern esta misma semana, reconociendo que el ambiente está crispado y que de cualquier comentario puede saltar una chispa. La de este jueves ha sido el último consejo ejecutivo del president con sus consellers antes del parón de verano. Hasta el 27 de agosto no está previsto que se vuelvan a reunir.
Los miembros el Govern se han conjurado antes de estrenar su paréntesis vacacional, a recuperar la unidad trinchada por el intenso ciclo electoral y los pactos surgidos después. No hace ni 24 horas que la ANC y Ómnium comparecieron públicamente para lanzarles un toque de antención en este sentido, emplazándoles a ponerse a trabajar para tener lista una respuesta y un plan en condiciones una vez llegue la sentencia, prevista para octubre.
El inicio del nuevo curso tendrá su primer momento álgido el 11 de septiembre, con la manifestación de la Diada que organiza la ANC y a la cual se ha decidido no reservar un espacio preferente a los partidos y dirigentes políticos. A pesar de este gesto, la portavoz del ejecutivo ha anunciado que "no nos sentimos excluidos, allí estaremos". Tanto la consellera Meritxell Budó como el vicepresident Pere Aragonès, que hoy han comparecido conjuntamente en la sala de prensa de la Generalitat, han confirmado que, como han hecho siempre, ambos participarán de la movilización.
Aragonès ha aprovechado para recordar que "hace 21 años" que asiste a la Diada, también "cuando éramos 1.500" y Budó ha destacado que "si alguna expresión de unidad ha habido en este país ha sido la celebración de la Diada". Sobre la polémica suscitada a raíz del enfado de algunos líderes independentistas que denuncian que la Asamblea está cultivando un clima antipartidos, el Govern prefiere "rehuir esta batalla", porque "la Diada no es del Govern ni de los partidos, es de la gente".
Presupuestos sí o sí
Hace más de un año y medio que el Govern funciona encadenando prórrogas presupuestarias y este sistema ya no da más de sí. Así lo ha explicado el propio conseller de Economía, que ha subrayado la imperiosa necesidad de que este año se aprueben por fin unas nuevas cuentas, las primeros de la era Torra.
Aragonès ha celebrado la predisposición expresada públicamente por parte del PSC y de los Comunes de sentarse a negociar los presupuestos. "La música suena mejor que el año pasado", ha reconocido. Al mismo tiempo ha reafirmado su compromiso de presentar el proyecto presupuestario en octubre. Antes, a partir de septiembre, empezarán las reuniones con los partidos diposats estudiarlos.