El Govern ha reivindicado esta noche su lugar y su voz en Europa exhibiendo la vocación europeísta que ha recorrido a los diferentes ejecutivos de la Generalitat, más allá de su color político. La consellera de Acció Exterior y Govern Obert, Victòria Alsina, ha convocado a los presidentes Jordi Pujol, Artur Mas, José Montilla, Carles Puigdemont y Quim Torra, a un acto en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona, en el que ha intervenido presencialmente, por videoconferencia desde el exilio o a través de vídeo, y donde todos ellos han coincidido, sin esconder las carencias, a reivindicar Europa y el papel que en ella ha tener Catalunya. No ha participado el president, Pere Aragonès, pero sí el presidente de ERC, Oriol Junqueras, que ha protagonizado una mesa de eurodiputados de las diferentes legislaturas, donde también ha intervenido el diputado de Junts Toni Comín, el socialista Joan Colom y la democristiana Concepció Ferrer.

Alsina se ha encargado de la clausura del acto con una intervención profundamente reivindicativa, en qué ha exigido que la UE en el ámbito de los derechos y los valores tiene que pasar de la teoría en la práctica. La consellera ha sintetizado en tres puntos las reivindicaciones que el Govern planteará en Europa: el reconocimiento del catalán como lengua oficial en las instituciones europeas; el impulso de un mecanismo de claridad en la Unión para "las naciones que, como la catalana, aspiran a convertirse en Estado y no quieren renunciar al estatus de miembro de la UE"; y la protección de los valores democráticos y el estado de derecho ante posibles vulneraciones, ante las cuales ha reclamado que Europa evite los dobles estándares y "no tenga miedo a sancionar a aquellos Estados que vulneren los valores democráticos y el estado de derecho".

 

Jordi Pujol, Artur Mas y Quim Torra, en primer plano y Junqueras detrás en el Paraninfo de la UB / Sergi Alcàzar

La consellera ha querido dejar claro que la reivindicación exterior del Govern y las apelaciones en Europa forman parte de un largo hilo que recorre los gobiernos de todos los presidents que estaban presentes en la sala, también el del president Pasqual Maragall, retirado de la vida pública a raíz de su enfermedad –"el europeísmo catalán tampoco se podría entender sin él", ha asegurado levantando el aplauso de los presentes-. A todos ellos, y al actual president, los ha citado a lo largo de su intervención para blindar las reivindicaciones que ha expuesto. "La imagen de unidad que hemos visto hoy marca un hito y será recordada", ha asegurado Alsina.

Simpatía de Pujol en Puigdemont

Después de tantos años de silencio público, Jordi Pujol ha puesto en marcha su intervención confesando que había preparado unas notas pero no las encontraba, por lo cual tenía que improvisar su parlamento, donde ha evocado los orígenes de su europeísmo, que ha remontado a los 16 años. Pujol ha provocado el aplauso de los presentes confesado que, a pesar de algunas discrepancias, contempla con "simpatía, afecto, y agradecimiento" la acción sostenida del presidentePuigdemont en Europa. A lo largo de su intervención, el veterano político ha asegurado que existe una triple presión sobre Europa: Rusia ­-"cada vez que Rusia se siente fuerte se expande, y cuando es débil, se cierra", ha advertido-, China y los Estados Unidos, por lo cual ha alertado de que "Europa está en peligro, es potente, pero está en un momento difícil". La receta de Pujol para Europa es un cierto rearme espiritual e ideológico. "Tienen suerte que me he olvidado mis papeles", ha ironizado el president al acabar su parlamento entorpecido por el olvido de los apuntes, pero también por los problemas auditivos.

Los presidents Puigdemont y Pujol, y a un lado, Oriol Junqueras / Sergi Alcàzar

Carles Puigdemont, a través de videoconferencia, ha apostado por la euroexigencia, como alternativa al euroescepticismo o la decepción que puede provocar las imperfecciones de Europa. Si yo puedo hablar desde aquí es porque hay una justicia europea que prevalece por encima de la justicia de los estados europeos. Si hubiera dependido de las autoridades españolas, yo no estaría aquí", ha argumentado desde Waterloo para concluir que Catalunya sólo tiene un camino para sobrevivir, que es Europa.

Mas, Montilla y Torra

Artur Mas ha recordado que vivió durante su mandato con la peor cara de Europa, la de la crisis del 2008, de la prima de riesgo y los hombres de negro que se paseaban por capitales europeas. "La receta era la austeridad", ha recordado. A pesar de todo, ha asegurado que eso no lo llevó a ningún tipo de reticencia antieuropeísta. De hecho ha asegurado que Europa es la casa grande donde Catalunya se tiene que hacer un sitio. "A pesar de todas las carencias, debilidades e incomprensiones que observamos en la UE, el proyecto europeo es un poco como la salud, que sólo la valoras cuándo no la tienes o a pierdes", ha remachado.

Los presidents Mas, Torra y Montilla en el paranimfo de la UB / Sergi Alcàzar

Quim Torra ha sido el más crítico. Ha explicado que había asumido la presidencia en un momento en que Catalunya no podía gobernarse a sí misma, a raíz de la aplicación del 155 y ha lamentado que no recibió el apoyo de Europa. "Constato que Europa es un club de Estados a los cuales me encantaría adherirme, pero hay debates que ya están discutidos", ha lamentado en relación a cuestiones como la presencia del catalán a las instituciones europeas. A pesar de reprochar que la respuesta de Europa a las reivindicaciones catalanas "ha sido nula", sí ha admitido que la respuesta jurídica ha permitido protección de principios fundamentales.

A través de una intervención por vídeo, José Montilla, a pesar de coincidir en la crítica por la forma como Europa respondió a la crisis del 2008, ha hecho un balance positivo de la construcción europea, como el espacio más importante de progreso, modelo social, integración económica y con respecto al estado de derecho. El político socialista ha defendido el papel de las regiones y ciudades en la construcción europea y la huella de Catalunya en la defensa de principios como el de subsidiariedad. "Nosotros también hemos ayudado a este proceso de integración europea", ha subrayado antes de acabar apostando por un futuro federalizando de Europa como proyecto más estimulante en este momento encima de la mesa.

Junqueras i Comín

Previamente, los eurodiputados han protagonizado una mesa redonda en que Junqueras ha advertido que el trabajo del Parlamento Europeo tendría que ser fundamental, pero está condicionada por la presencia de otras instituciones. "Haría falta un modelo que garantizara unas instituciones comunes más fuertes y menos intermediación por parte de los Estados", ha advertido.

Desde Bruselas, el eurodiputado Toni Comín después de superar las dificultades técnicas para intervenir en el acto, ha advertido que "el actual modelo de gobernanza europeo ha llegado a sus límites".

Concepció Ferrer ha defendido también la necesidad de que Europa acepte la diversidad de los pueblos que lo integran, mientras que el socialista Joan Colom ha explicado como sus reivindicaciones a favor de la oficialidad del catalán en Europa chocaban con la evidencia que tampoco está presente en el Congreso de los diputados. 

Al cerra el acto, la consellera Alsina ha asegurado que Catalunya lucha desde 1714 por ser lo que es "contra casi todo y casi todo el mundo"; y ha enmarcado la reivindicación europea con la tensión con España, "especialmente desde el hundimiento del Estatuto del 2010", en que el Estado español "no escuchó a Catalunya" con el pacto fiscal ni con el 9-N, ni con las elecciones del 2015, ni con el 1-O. "No sólo eso. Sino que se suspendió la autonomía y se encarcelaron líderes políticos y sociales y forzar a otros en el exilio", ha remachado. Ante esto ha asegurado que el pueblo de Catalunya no se ha resignado, "al contrario", y ha pasado de "la escucha España a la escucha Europa".