La conselleria de Economía, liderada por el vicepresidente Pere Aragonès, ha iniciado esta semana la ronda de contactos con los grupos de la oposición para abordar la negociación de los presupuestos de 2020. Esta tarde se ha producido ya la primera reunión con la CUP, donde han participado Vidal Aragonès y Maria Sirvent, y está previsto que durante los próximos días vayan pasando el resto de grupos.
Según fuentes del departamento, Aragonès tiene previsto reunirse con todos los grupos, también Cs y PP, aunque las posibilidades de acuerdo con estos dos grupos sean ínfimas. Para este miercoles estan citados los Comunes.
Ya la semana pasada el vicepresidente se reunió con los grupos parlamentarios que apoyan al Govern –JxCat y ERC–, y, paralelamente, se están negociando también internamente con el resto de departamentos de la Generalitat las diferentes partidas presupuestarias.
Según las mismas fuentes los encuentros son todavía muy "iniciales" y la intención es que en esta primera fase sea de carácter más técnico. La negociación se podría alargar un mes antes de que las cuentas sean llevadas al Parlament para su tramitación, un trámite que no se llegó a hacer el año pasado ante la falta de apoyo y la evidencia de que serían tumbados por la cámara.
¿Si no hay presupuestos, elecciones anticipadas?
El vicepresidente Aragonès avisó el domingo pasado de la necesidad de aprobar las nuevas cuentas y evitar volver a prorrogar los de 2017, una situación que considera inasumible. De no aprobarse las cuentas, advirtió, podría haber elecciones anticipadas a Catalunya.
Una posibilidad que este mismo martes la portavoz del ejecutivo, Meritxell Budó, ha negado que esté sobre la mesa, ya que defiende que confían al poder aprobarlos, y ha recordado que es competencia del presidente de la Generalitat decidir si se convocan o no elecciones.
Dentro del Govern, sin embargo, tampoco hay unanimidad sobre cuáles tienen que ser los principales socios. Mientras ERC mira los comunes e incluso el PSC, JxCat defiende que los nuevos presupuestos no tendrían que comportar "renuncias nacionales" y apuestan por intentar un acuerdo con la CUP.
De momento, a pesar del anuncio de Aragonès de incrementar la inversión social en 2.500 millones de euros, cupaires y comunes se muestran cautos, aunque con voluntad negociadora, y esperan saber más detalles para posicionarse. El PSC, por el contrario, asegura que no negociará hasta que Torra "renuncie a la ruptura".