Las negociaciones entre los partidos para formar la nueva Mesa del Parlament continúan en marcha a menos de 48 horas que se celebre la sesión constitutiva en el Auditorio de la Cámara catalana. Y el PSC sigue insistiendo en sus aspiraciones: presidir la institución.
La candidata socialista para este cargo, Eva Granados, ha advertido cuáles serían sus límites a la hora de presidir el Parlament. "Si soy presidenta del Parlament catalán no pondré cosas en el orden del día que se salten la legalidad", ha dicho en una entrevista en la COPE. "Es verdad que el señor Torrent tampoco lo ha hecho mucho", ha reconocido acto seguido aprobando de alguna manera la presidencia del dirigente republicano que, aun así, ha acabado querellado por las propuestas aprobadas como respuesta a la sentencia del procés.
"Aquí llevamos muchos años en que hay mucho ruido pero pocos hechos. Los independentistas después de octubre del 17 y del fracaso de su apuesta por el suicidio colectivo han hecho una legislatura vacía, de mucho ruido, pero que ni se ha legislado", ha criticado.
Granados también ha recordado que las formaciones independentistas no consiguieron ponerse de acuerdo para aprobar los presupuestos y que los partidos del Govern hubieron de recorrer en los votos de los comuns. "No hubo ni mayoría independentista para aprobarlos. Con estas mayorías precarias independentistas, Catalunya está sometida a la decadencia", ha lanzado.
Por otra parte, Granados ha confirmado la voluntad del PSC y su presidenciable, Salvador Illa, a presentarse a la investidura. Sin embargo, la actitud a la hora de hablar de este tema ya no es de euforia, como sí lo era los primeros días después del 14-F, y el verbo utilizado ha sido el de 'intentar'.
El dedo a la llaga a Torrent
Esta aprobación de Granados a la presidencia de Roger Torrent hace referencia, sobre todo, a dos episodios que provocaron duros reproches entre ERC y JxCat. El primero fue la suspensión del pleno de investidura del president en el exilio, Carles Puigdemont, el mes de enero del 2018. El segundo fue la retirada del escaño al president Quim Torra una vez fue inhabilitado por la justicia española.
Unas expectativas poco prometedoras
A pesar de la insistencia del PSC para presidir la segunda institución del país, las opciones que tienen son muy pocas. Sólo un desacuerdo entre las formaciones independentistas abrirían una puerta esta posibilidad. Y la CUP ya ha confirmado que por ellos no será y que su máxima prioridad es, precisamente, que los socialistas no presidan la Cámara.