Grito de alerta de Greenpeace. La ONG medioambientalista ha situado Catalunya entre la decena de comunidades autónomas que tienen planes climáticos menos ambiciosos que el estatal. Según un estudio propio, 15 de las 17 comunidades autónomas tienen planes climáticos que no evitarían un calentamiento superior a 1,5 grados, entre los cuales hay Catalunya, y 10 de estas tienen un objetivo menos ambicioso que el propuesto por el Gobierno. Solo Asturias y Navarra tienen un objetivo de reducción de emisiones en la línea del Acuerdo de París. De hecho, Castilla y León, La Rioja y Extremadura, planean que sus emisiones en 2030 estén por encima de las de 1990. La entidad critica que precisamente este falta de ambición en algunas comunidades y en ministerios clave sitúan España "en la cola" de reducción de emisiones en la Unión Europea.

Entre los ministerios que tienen que actuar de manera más decidida sitúa el de Transportes, Vivienda y Agricultura y Pesca. "No solo el de Transición Ecológica", ha afirmado el responsable de la campana contra el cambio climático de Greenpeace, Pedro Zorrilla. El trabajo de la organización muestra que las principales deficiencias de la planificación de la acción climática, los objetivos que se tienen que fijar y hace seis propuestas concretas por reducir las emisiones en el corto plazo. El objetivo global tiene que ser no superar el calentamiento de 1,5 grados. Además, ha afirmado que tres de las cuatro comunidades con mayor proporción de gases invernadero —Andalucía, Catalunya y Madrid— tienen objetivos menos ambiciosos que los fijados por el gobierno central. Ante eso, la organización ecologista les ha pedido mejorar su planificación y acción climática porque "tienen objetivos muy poco ambiciosos".

En la comparación entre comunidades de los objetivos de reducción de emisiones para 2030 respecto de 1990 se evidencia que "hay muchos deberes por delante y tienen que ser más ambiciosas en sus objetivos y planes". De las 17 comunidades, 15 no llegan a la reducción del 55% de las emisiones con respecto a 1990 y tampoco a evitar un calentamiento mayor a los 1,5 grados. De hecho, la mayoría (10) tienen un objetivo menos ambicioso que la propuesta del Gobierno, que es de reducir un 32% estas emisiones. Greenpeace ha puesto sobre la mesa que incluso hay algunas que plantean un incremento: del 46% en La Rioja y del 53% en Extremadura, mientras que Castilla y León no se fija objetivo.

Seis medidas

Ante esta situación, Greenpeace ha planteado seis medidas que permitirían incrementar el objetivo de reducción de emisiones. La primera es un abono único de transporte para todo el territorio español para favorecer que sea más asequible y accesible; en segundo lugar, un calendario de cierre de las centrales de ciclo combinado de gas; y en tercero lugar, la declaración de interés público de las comunidades energéticas renovables promovidas por los ayuntamientos para favorecer que todos los municipios tengan como mínimo de una de estas comunidades. Las otras tres propuestas son ayudas para las explotaciones ganaderas contaminantes para reducir la densidad de animales o el cese voluntario de las actividades; la creación de un monedero virtual para asumir la rehabilitación energética de edificios; y establecer un impuesto verde sobre el combustible fósil.

La organización también llama al Gobierno a aumentar el objetivo de reducción de emisiones al 55% en el 2030 con respecto a 1990, "lejos" del 32% propuesto. La Moncloa tiene que presentar a la Comisión Europea el plan nacional de energía y clima antes del 30 de junio y la organización le ha pedido que haga estos cambios en base a la realidad actual.