Los presupuestos han superado este lunes el primer trámite en el Parlament. Los votos en contra de ERC y Junts y la abstención de los comuns han tumbado las enmiendas a la totalidad del resto de grupos, con lo cual el proyecto podrá seguir su tramitación en la Cámara. No obstante, la votación ha mostrado la grieta abierta en la mayoría independentista del Parlamento. La CUP se ha posicionado en contra del proyecto a pesar del compromiso de avalar las cuentas incluido en el pacto de investidura de Pere Aragonès. Aunque el conseller de Economía, Jaume Giró, ha asegurado en su primera intervención que esto no debilitará las aspiraciones del independentismo, la oposición no ha desperdiciado la ocasión para hurgar en las diferencias.
"Que nadie se haga ilusiones, que nadie vea en eso un debilitamiento de nuestras aspiraciones. Seguro que más pronto que tarde seremos capaces de demostrar la unidad estratégica del independentismo y trabajar hacia el horizonte que aspira la mayoría del país", ha advertido Giró, que al subir al atril ha celebrado que los presupuetos puedan seguir su curso, aunque ha admitido que habría preferido superar el trámite con la CUP.
El pleno se ha visto precedido por una mañana complicada en el Palau de la Generalitat. A las ocho y media, el Govern ha celebrado un Consell Executiu extraordinario en que el president ha anunciado a los consellers el acuerdo con los comuns después de que el fin de semana Junts se había desmarcado de las conversaciones. La noche del domingo, Aragonès ya había avanzado al vicepresidente, Jordi Puigneró, el acuerdo con el grupo morado. Durante la reunión de Govern los consellers de Junts han reprochado que se había descartado el acuerdo con la CUP desde el primer minuto y han reclamado a Aragonès seguir defendiendo el entendimiento del 52% del independentismo en el Parlament.
Acto seguido, el partido de Carles Puigdemont ha reunido a su ejecutiva para debatir el acuerdo y ha anunciado su respuesta media hora antes de empezar el pleno con una rueda de prensa en que Elsa Artadi ha reclamado una reunión de urgencia a los republicanos para revisar el pacto de gobierno.
Cuestión de confianza
Ante el pleno ha sido el diputado Joan Canadell quien se ha encargado de explicar el posicionamiento de Junts. Lo ha hecho sin tapujos y provocando que los diputados de ERC se removieran en sus escaños y Aragonès hiciera evidente su irritación. No ha escondido el malestar del partido de Carles Puigdemont con la formación morada a quien ha acusado de haber utilizado los presupuestos del Gobierno para hacer un "cambio de cromos" en el Ayuntamiento de Barcelona y el Estado. A los socios de ERC les ha reprochado que la vía amplia que defienden con los comunes es "autonomismo y preludio de un nuevo tripartito". No solo eso, ha preguntado directamente cómo queda la cuestión de confianza a qué se tenía que someter Aragonès, según preveía el pacto de investidura con la CUP.
Aragonès ya había tenido que responder durante su intervención en la galería gótica sobre el efecto que este posicionamiento de la CUP tendrá en el acuerdo de Govern. El president ha advertido que Esquerra mantiene la mano tendida para la negociación. No obstante, ha admitido que la votación de hoy de los cupaires tendrá un impacto en el pacto. Ha puntualizado que esta votación obligará a revisar aquel acuerdo pero ha evitado concretar si se siente liberado del compromiso de someterse a la moción de confianza.
Horizonte independentista
La cupaire Eulàlia Reguant ha sentenciado que el Govern ha suspendido su primer semestre porque "se ha dejado llevar por la sociovergencia de toda la vida"; se ha dirigido directamente a Aragonès para advertirle que "la investidura era un punto de partida, no un punto y final" y ha reclamado "construir un horizonte claro independentista".
En el turno de réplica, Giró ha reprochado a los cupaires que, parafraseando a Trotsky, quieren tirar los presupuestos a la papelera de la historia donde enviaron el 2017 a Artur Mas. "El primer mandamiento de la sostenibilidad es no tirar nada que funcione", ha advertido al conseller a los cupaires: "quizás en vez de enviar tantas cosas en la papelera de la historia tendrían que aprovecharlas o mejorarlas, que es lo que hacen los políticos que además de convicciones también tienen responsabilidades".
La oposición no ha dudado en hurgar en las diferencias entre los socios independentistas. La portavoz del PSC, Alícia Romero, ha ironizado que esta votación ha enviado "la mayoría de la investidura a la papelera de la historia" y ha acusado al ejecutivo de Pere Aragonès de "desgobierno, inestabilidad y tacticismo político". "Tienen la mayoría rota. Se abre un nuevo escenario en Catalunya. ¿Hacia dónde vamos? Qué futuro le espera a este país", ha interrogado Romero que ha insistido en que el PSC se ofrece como alternativa.