Los días en que Barcelona tenía que blindarse para recibir a los representantes del Estado parece que han quedado ya atrás. Si el martes, la reina Leticia no se encontró con ningún inconveniente para acudir al Ayuntamiento de Barcelona, más allá de la indiferencia general, este miércoles ha sido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien se ha presentado en una plaza Sant Jaume que lo ha recibido al grito de "¡guapo!". El presidente español visita el Palau de la Generalitat para mantener una reunión con el president en funciones, Pere Aragonès, en el marco del traspaso del Ingreso Mínimo Vital y en plena negociación para la investidura del primer secretario del PSC, Salvador Illa, como presidente de la Generalitat,
Sanchez ha llegado a la plaza Sant Jaume cuando ya habían sonado las 12 del mediodía. Lo ha hecho en una caravana de vehículos oficiales en que también se ha desplazado el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz.
Las medidas de seguridad no eran muy contundentes, especialmente en comparación con los dispositivos que se habilitaban años atrás para blindar la ciudad en pleno procés independentista, pero los peatones han comprobado la expectación de las cámaras y cómo se ampliaba el perímetro de las vallas a la espera de la llegada del mandatario español, y se han concentrado unas decenas de curiosos, entre los cuales muchos turistas.
Cuando Sánchez ha llegado bajo un sol de justícia le esperaba Pere Aragonès en la puerta y mientras saludaba a la responsable de los Mossos se han empezado a escuchar los gritos de "Guapo! "Presidente!" o "Pedro", entre risas.
Acto seguido han entrado al Palau por el Pati de Carruatges y se han dirigido a las reuniones programadas que tienen como motivo oficial el encuentro era la firma del traspaso del Ingreso Mínimo Vital, comprometido desde hace años por el gobierno del Estado, y que debía haber comenzado a las 12 del mediodía.
La atención se centra, sin embargo, en la reunión entre Sánchez y Aragonès. Desde la Moncloa se intenta materializar algunos de los acuerdos comprometidos meses atrás como muestra de buena voluntad y para intentar ganarse la confianza de los negociadores republicanos. También está prevista una reunión entre la consellera de Presidència en funcions, Laura Vilagrà, y el ministro Félix Bolaños.
Desde ERC llevan semanas advirtiéndo de que la militancia considera que se ha hecho ya demasiadas cesiones al PSOE y que sus compromisos no se acaban cumpliendo. Los negociadores republicanos han planteado un ultimátum para cerrar el acuerdo para la investidura antes de fin de mes.