El inicio del nuevo curso político no ha evitado que el discurso de Vox haya sido el de siempre. Este martes, durante su intervención en el debate de política general, el líder de la extrema derecha, Ignacio Garriga, ha vuelto a aprovechar el Parlament para convertir este escenario en el altavoz de su discurso racista, xenófobo y denigrante. El ultra ha querido vincular la inseguridad y la violencia con la población extranjera en varias ocasiones. Pero la vicepresidenta de la cámara en funciones de presidenta, Alba Vergés, ha tomado el relevo de Laura Borràs y ha cerrado el paso a su discurso. Durante la primera interpelación, la republicana ha advertido a Garriga que su mensaje iba en contra del reglamento del Parlament, que obliga a "mantener en todo momento una conducta respetuosa con los otros diputados y con los ciudadanos, y una actitud ejemplar de acuerdo con el principio de igualdad sin discriminación por razón de género, orientación sexual, creencia, ideología, origen, condición social, etnia o lengua".
"Usted está haciendo uso de algunas afirmaciones que vinculan delincuencia con inmigración que son inaceptables" según la norma parlamentaria, así como la Carta de Derechos Humanos, ha dicho la republicana. La advertencia se ha repetido en dos ocasiones más durante su primera intervención por reiterarse en su discurso racista, con dos avisos más de Vergés. Después de la réplica del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, Garriga ha vuelto a insistir, pero en esta ocasión la vicepresidenta del Parlament no se ha estado para bromas y ha llamado al ultra al orden en dos ocasiones más, avisándolo de que si insistía lo tendría que expulsar. Finalmente, sin embargo, el líder de Vox ha evitado hurgar más la herida y no se ha tenido que producir esta situación.
Grito de "totalitario" y éxodo masivo
Antes de la primera intervención del líder ultra, el Parlament ya ha visto cómo un buen puñado de sus diputados se han marchado de la cámara, aprovechando que acababa Salvador Illa, para no escuchar sus palabras. Entre ellos, representantes de ERC y Junts, pero también del PSC, que han dejado la sala medio vacía. La marcha no se ha quedado aquí, y cuando Garriga ha incrementado su ofensiva racista, han sido los diputados de la CUP que han seguido el ejemplo. Cuando pasaban por delante del atril donde había el ultra, uno de los cupaires ha increpado a Garriga, quien ha respondido con un fuerte grito de "totalitario". Los anticapitalistas se han quedado fuera de la cámara hasta el final del discurso xenófobo.
Pere Aragonès carga contra el racismo de Vox
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha aprovechado su réplica para cargar contra las palabras de Ignacio Garriga. "Acabamos de escuchar una intervención que, especialmente después de ver algunos de los resultados electorales de esta semana, es obligación responder y dejar pasar ni una de sus mentiras", ha dicho, en relación con la victoria de la ultraderechista Giorgia Meloni en Italia. "Los consensos en materia social, democrática y el respeto institucional forma parte de todo aquello que la extrema derecha se quiere cargar". Además, se ha referido directamente al racismo de Vox: "Es mentira y manipulación asociar una determinada confesión religiosa a una ideología fanática, como si todo el mundo que proviene de países donde esta confesión religiosa es mayoritaria está vinculado a este fanatismo".