La Flama del Canigó ya ha llegado a la plaza Sant Jaume de Barcelona y ha sido recibida con gritos de "libertad". El griterío se ha producido en el momento en que una miembro de la junta directiva de Òmnium Cultural, Blanca de Llobet, ha leído una carta de Carme Forcadell, que este año ha sido la encargada de escribir el mensaje de la Flama desde la prisión.
En la carta, Forcadell ha pedido mantener siempre encendida la Flama ''como símbolo de democracia'' y como ''bandera de cultura y libertad'' y ha asegurado que se renueva así, ''la unidad de la lengua catalana'' como se renueva también el compromiso ''con la justicia, la paz y la libertad''.
Una reacción similar se ha producido cuando Llobet ha leído una carta que ha enviado Jordi Cuixart en motivo de la verbena de Sant Joan y la llegada de la Flama. Para Cuixart, ''ni 612 días de prisión, ni 52 sesiones de juicio'' le harán ''renunciar a transformar la sociedad'' y ha añadido que ''ni siquiera la sentencia que pueda venir''. Por eso, ha asegurado seguir trabajando por los derechos humanos, y construyendo un ''futuro de justicia y libertad con la cultura en el centro de todo''.
Al mismo tiempo, el concejal de Ciutat Vella de Barcelona, Jordi Rabassa, ha aprovechado su intervención para subrayar que se están viviendo "momentos excepcionales" que en actos como el de este domingo "se ven y se explicitan". Rabassa ha expresado su apoyo a los presos independentistas y les ha hecho llegar un abrazo.
De la misma manera ha hecho un llamamiento para que esta verbena sea "diversa" y para que todo el mundo la pueda vivir en "plenitud" y "libre de agresiones machistas".
La fiesta ha contado con un baile de honor del Àguila de Barcelona, una danza de los gegants y un pilar de los castellers de Barcelona, que este año celebran el 50º aniversario, que se ha levantado en el momento en que la Flama ha encendido el pebetero de la plaza.