Pep Guardiola seguirá luciendo el lazo amarillo y no cederá a la Federación Inglesa de Fútbol, porque defender la libertad de los presos políticos catalanes es ahora parte de su identidad como catalán. Así lo explica el diario británico The Daily Telegraph en dos páginas. El reportaje describe la actitud del entrenador del Manchester City en el contexto del independentismo en Catalunya, mostrado como un movimiento bajo la represión del Estado español, que mantiene a sus líderes "prisioneros políticos" o exiliados. El diario, clásico referente conservador, vende 385.000 ejemplares impresos y la versión digital tiene 6,73 millones de usuarios únicos.
El reportaje ("Fútbol político") abre la portada del cuaderno de deportes (foto principal). En el interior, el título dice: "Catalunya sufre, pero Pep nos defiende":
"Para Guardiola, la identidad catalana es tan fundamental en su vida como el propio fútbol", escribe desde Barcelona Sam Wallace, periodista sénior de la sección de fútbol del diario. "Este patrimonio hace dePep más que un entrenador y arquitecto de uno de los mejores equipos ingleses". El periodista explica que el lazo "en favor de la liberación de los líderes del movimiento independentista catalán, encarcelados sin juicio por el Estado español [...] no es negociable".
Una anécdota ilustra la intensidad de Guardiola con la causa de los presos políticos catalanes. En un momento del partido del jueves pasado, donde ganó 0-3 al Arsenal, un espectador le gritó: "¡Pep! ¡Catalunya es España!". Guardiola se volvió en la dirección del grito con una mueca en la cara. Es "muy raro en un hombre que suele estar totalmente absorto en el juego cuando está en el campo", explica Wallace. Y concluye: "la cuestión de los presos políticos es fundamental para él, quizás más que su fútbol [...] que está conquistando Inglaterra".
Un asunto de identidad
¿Por qué? "Ser catalán tal como Guardiola se lo plantea es inseparable del idioma, la cultura y la historia [de Catalunya] como nación separada. La independencia no es una postura política, es un sencillo asunto de identidad", deduce Wallace de sus conversaciones con amigos de Pep. "Muchos dicen que para un multimillonario [como Guardiola] sería más sencillo ignorar la situación de los presos políticos catalanes, pero no hay perspectiva de compromiso sobre este punto con la Federación".
El reportaje contextualiza el gesto del entrenador. Explica el "momento de ansiedad" que se vive en Catalunya y cómo el gobierno español aplica un "autoritarismo suave" para reprimir el independentismo. En una pieza aparte vuelve a nombrar "presos políticos" a Junqueras, Puigdemont y Forcadell, los tres que acompañan Guardiola en una foto del acto en favor del referéndum del 1-O que se celebró en Montjuïc el 11 de junio del 2017.
También define Cuixart y Sánchez como "pacifistas, no políticos: líderes de los movimientos de base catalanes Òmnium y Assemblea Nacional". Los Jordis, con Puigdemont y "el exministro de interior catalán, Joaquim Forn, y el vicepresidente, Oriol Junqueras, aparecieron con Guardiola" en aquella concentración "dando apoyo al derecho de autodeterminación".
El aviso del Estado
"Lo que ha pasado con los Jordis puede pasarle a cualquiera", explica "alguien del entorno de Guardiola", que no quiere identificarse por miedo a represalias, cosa que sorprende al periodista. De hecho, el técnico sufrió el registro de la Guardia Civil del jet privado en que viajaba con su familia. El periodista lo describe como "un aviso". "Catalunya no tiene [...] ninguno de los poderes de un estado, pero sí el poder de la inteligencia y Pep es parte de eso", añade el anónimo.
Wallace explica también que Guardiola es parte de las generaciones de catalanes educadas fuera de la dictadura franquista que han visto defraudadas sus expectativas por la democracia en España. Además, recuerda que ha sido hombre de gestos: "Guardiola fue el primer entrenador del Barça que respondió en catalán en las ruedas de prensa; el primer jugador en celebrar con la bandera catalana". También explica la conexión Tarradellas del grito "¡Ya está aquí!" de Guardiola desde el balcón de la Generalitat en la celebración de la Champions de 1992.
También se cuida de precisar que "Guardiola sólo ha defendido públicamente el derecho de Catalunya a determinar si sigue o no en España, nunca qué tiene que votar la gente".
Añade también que a los catalanes no les inquieta tanto la relación del entrenador con Qatar, país con casos muy graves de explotación de los trabajadores extranjeros.
Dos personas sí se identifican. El expresidente del Barça Joan Laporta, para quien "es un caso de libertad de expresión". Jaume Clotet, director general de Comunicación de la Generalitat: "Quiero pensar que ningún jugador británico que tiempo atrás apoyara la causa contra el apartheid en Sudáfrica habría sido multado. Si Pep vistiera una camiseta en apoyo de la minoría Rohingya de Birmania supongo que no lo castigarían".