“Si un presidente autonómico no va a la Moncloa, creo que comete un error”. La frase la pronunció Alberto Núñez Feijóo en una entrevista a principios de septiembre. Faltaban un par de semanas para que Pedro Sánchez pusiera en marcha la ronda de reuniones institucionales con los líderes autonómicos e Isabel Díaz Ayuso todavía no había confirmado si asistiría a la cita. Preventivamente, Génova quiso asegurarse de que nadie saldría del guion marcado y los barones del PP renunciaron “expresamente” a negociar una “bilateralidad tramposa” con el presidente español. Desde entonces, sin excepción, los líderes populares han ido pasando sucesivamente por la Moncloa, a pesar de la impotencia que han expresado posteriorment por unos encuentros poco fructíferos. Pero había un interrogante que todavía sobrevolaba: el papel de la presidenta madrileña. Y el viernes, desoyendo el llamamiento del líder del PP y contradiciendo la actuación de todos sus compañeros de filas, Ayuso plantó a Sánchez. Es un gesto de enfrentamiento directo sin matices hacia el líder socialista en medio de la batalla entre los dos, pero a nadie se le escapa que también es un golpe de puño encima de la mesa de puertas adentro.

“Que nadie espere que el PP a cite Begoña Gómez en ninguna comisión de investigación”. En este caso, la afirmación es de Borja Sémper a finales de agosto. Se refería al Senado y cerraba la puerta definitivamente a pedir explicaciones a la mujer de Pedro Sánchez por la investigación abierta contra ella por presunta corrupción en los negocios y tráfico de influencias. El argumento de Génova era que los populares hacen oposición al Gobierno y que Begoña Gómez tendrá que responder ante el juez. Sin embargo, no es la misma lógica que Ayuso a aplicado en la Asamblea de Madrid: el PP convocará en las próximas semanas a Begoña Gómez para que responda por el supuesto trato de favor a la Universidad Complutense.

Son dos movimientos que se han producido esta semana y que ponen en evidencia las diferencias estratégicas entre Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo. De puertas afuera, el líder del PP ha mostrado su “apoyo” a la presidenta madrileña y los populares intentan contener la hemorragia. Pero no pueden evitar que haya quedado patente que la Puerta de Sol marca el ritmo y obliga al resto del PP a seguirle el paso. Génova reacciona e intenta no quedar en fuera de juego. Pero la voz más vehemente de los últimos días haciendo la oposición a Pedro Sánchez ha sido la de Ayuso. Y no la de Feijóo.

Feijóo “comprende” la decisión de Ayuso de plantar Sánchez

La principal incomodidad a la que ha tenido que hacer frente Alberto Núñez Feijóo en los últimos días ha sido al decisión de Isabel Díaz Ayuso de no acudir a la reunión bilateral con Pedro Sánchez. La Comunidad de Madrid lo anunció el lunes por la mañana aduciendo dos argumentos: la “letal” financiación catalana y las “gravísimas acusaciones” que le lanzó Pedro Sánchez. Más tarde, la líder madrileña se escudó en el hecho de que el Gobierno utilizaba su pareja, Alberto González Amador, como un “rehén político”. “El novio de Ayuso no va a la Puerta del Sol a hacer negocios, cosa que sí que hace la mujer del presidente, Begoña Gómez, y es por lo que está siendo investigada”, añadió. “No creo que sea de recibo recibir los sucesivos ataques que hemos visto en estas últimas horas”, lamentó. Y puso en dudas la utilidad de las reuniones bilaterales con Sánchez, a las que han acudido todos sus homónimos: “Nos llaman a blanquear o a reconocer o dar por válido un pacto que es inasumible. Pienso que estas reuniones no sirven para nada”.

 

Hace un mes y medio, Feijóo consideró que un presidente autonómico “comete un error” si no va a la Moncloa, se mostró partidario de que Ayuso fuera para “tratar los asuntos de Madrid” (como las Cercanías o la inmigración) y aseguró que la presidenta madrileña sabía “muy bien que su responsabilidad es defender los intereses de los madrileños”. Siete semanas más tarde, el líder del PP ha respondido haciendo equilibrios, con la boca pequeña y sin querer desautorizar a Ayuso. Justo después de conocerse la decisión, fuentes de la dirección del PP señalaron que Feijóo mantenía “todo lo que dijo”, pero era “comprensivo” con las “motivaciones y circunstancias” de la presidenta madrileña. “¿Es razonable que quien ha estado señalada y perjudicada esté enfadada? Parece razonable. ¿Es razonable que defendamos seguir manteniendo la institucionalidad? También”, expresó Borja Sémper en medio de un juego de equilibrios para defender la “institucionalidad”, pero no desacreditar Ayuso. Eso sí, aseguró que él habría ido a la reunión para decir las cosas a Sánchez “a la cara”.

Está todo suficientemente explicado y todo el mundo lo ha entendido”, afirmó Alberto Núñez Feijóo al día siguiente al ser preguntado insistentemente por los periodistas sobre esta cuestión. Sin más detalles. Sin más argumentos. Y sin demasiadas ganas de hablar. Y el miércoles por la tarde, finalmente, después de volver a reclamar la dimisión de Sánchez por el caso Koldo, se tuvo que pronunciar abiertamente: “Por supuesto que apoyo a la presidenta. ¿Cómo no lo entenderé cuando una persona es atacada y perseguida de forma constante y sistemática y se le dice corrupta en sede parlamentaria sin ningún atisbo de alguna cuestión pendiente en algún juzgado? ¿Cómo no entenderé que, en estas condiciones, cualquier persona, desde un punto de vista anímico, no está en condiciones de poder tener una reunión con el responsable de estas difamaciones y acusaciones?”.

 

Juan Moreno Bonilla, después de reunirse con Pedro Sánchez: “Cuando un presidente del Gobierno te llama, debes de atender su llamada”

¿Desacredita Ayuso a sus compañeros en el seno del PP con su decisión? Todos los presidentes autonómicos populares han acudido a la Moncloa y sus declaraciones después de reunirse con Sánchez ponen en cuestión la decisión de Ayuso. “Desde mi opinión, cuando un presidente del Gobierno te llama, debes de atender su llamada”, afirmó Juanma Monreo Bonilla. El presidente de la Junta de Andalucía no quiso “recomendarle a nadie” qué tenía que hacer porque “cada presidente autonómico es lo suficiente mayorcito para saber qué decisiones debe de adoptar”, pero verbalizó la “obligación institucional y personal” de atender la convocatoria del presidente del Gobierno.

Ahora bien, después de la decisión de Ayuso, los barones del PP sí que han cerrado filas con ella con la misma justificación: lo deseable es acudir a la Moncloa, pero la líder madrileña tiene motivos para no asistir. En definitiva, Ayuso marca el posicionamiento y los argumentos discursivos de los presidentes autonómicos populares. Era interesante saber qué opinaba Juanma Moreno, que esgrimió que, aunque él continuaba siendo partidario de acudir a las reuniones institucionales, entiende que Ayuso no asista por los “ataques” que ha recibido del presidente español y expresó que era “consciente” de que “jamás un presidente autonómico ha recibido tantos ataques por parte del presidente que tiene que ser de todos los españoles”.

Más voces. Carlos Mazón (president del País Valencià) consideró que el caso de Ayuso es “excepcional” por la “persecución personal intolerable” que está viviendo. María Guardiola (presidenta de la Junta de Extremadura) expresó su “solidaridad y cariño” a Ayuso ante las “faltas de respeto” y el “acoso constante” que recibe “por parte del Gobierno”. “Yo creía que era bueno ir y por eso fui, pero si otras personas creen otra cosa, también hay que respetarlo y asumir los efectos de ir o no ir”, argumentó Alfonso Rueda (presidente de la Xunta de Galicia).

Feijóo, como presidente de la Xunta, en 2020: “Si el presidente del Gobierno me pone un día para ir a Moncloa, salvo que esté en la UCI, yo asisto”

Más hemeroteca. En 2020, Alberto Núñez Feijóo era presidente de la Xunta de Galicia y, en medio de las conversaciones entre el Gobierno y el Govern (presidido en aquel momento por Quim Torra) para reunir la mesa de diálogo, le preguntaron por esta cuestión en una entrevista en TVE. Y dejó clara su postura: “Si el presidente del Gobierno me convoca en Moncloa, le puedo asegurar que voy. Si me pone un día para ir a Moncloa, salvo que esté en una Unidad de Cuidados Intensivos, yo asisto”. “Sánchez es mi presidente del Gobierno. No estoy de acuerdo con él, ni con lo que hace, ni con sus alianzas, pero si me llama para acudir a Moncloa yo estaré allí a la hora que Sánchez me cite, porque es mi obligación”, argumentó.

Alberto Núñez Feijóo, hace seis meses: “A mí no me gusta citar a la mujer del presidente, no es mi estilo”

El otro choque que se ha consumado esta semana tiene que ver con Begoña Gómez. La mujer de Pedro Sánchez está siendo investigada por el juez Juan Carlos Peinado por presunta corrupción en los negocios y tráfico de influencias y el Partido Popular estuvo semanas (y meses) amagando con convocarla para que tuviera que comparecer en la comisión de investigación del Senado sobre el caso Koldo. Durante mucho tiempo, Génova estuvo instalada en el no descartismo: Feijóo mostraba sus recelos a convocar Begoña Gómez en la cámara alta, pero no acababa de cerrar la puerta del todo. “No quiero citar a la mujer del presidente del Gobierno, a menos que el presidente del Gobierno me obligue”, expresó a principios de abril. Sin embargo, el PP cerró la puerta del todo a finales de agosto en boca de Borja Sémper: “Que nadie espere que el PP cite Begoña Gómez en ninguna comisión de investigación”, aseguró en una rueda de prensa. El portavoz del PP esgrimió que los populares no hacen oposición a Begoña Gómez, que “dará cuenta de sus negocios y el uso de la Moncloa ante un juez”.

 

Es lo mismo que había verbalizado Alberto Núñez Feijóo en julio en una entrevista en Onda Cero, cuando subrayó que la comisión de investigación dirime la “responsabilidad política” de los hechos investigados, que corresponde a Sánchez, mientras que la “responsabilidad judicial” es competencia de los tribunales. Previamente, las declaraciones que se habían ido sucediendo eran ambiguas y titubeantes. “No me gusta poner a la familia del presidente del Gobierno en una cámara e interrogarla”, reconoció Feijóo en junio en Antena 3. “No quiero precipitarme ni anticipar ninguna decisión que no esté fundada por falta de información y que suponga inmiscuirse al sumario”, manifestó en mayo en la COPE. Ahora bien, las palabras que seguramente contradicen más la decisión del PP de Madrid de convocar Begoña Gómez las manifestó Feijóo el 3 de abril, también en Antena 3: “A mí no me gusta citar a la mujer del presidente, no los lo escondo, no me gusta. No es mi forma de hacer política, no es mi estilo”, afirmó.

¿Y qué dice ahora Isabel Díaz Ayuso? La presidenta madrileña justificaba hace unos días la voluntad de hacer comparecer a Begoña Gómez como una herramienta para responder al “daño reputacional tremendo” que está experimentando la Universidad Complutense. “La universidad pública es excelencia y no se puede convertir en un lobby que nace en la mesa del presidente del Gobierno y acaba en un centro de intercambio de favores entre empresas”, sostuvo. Fuentes próximas a Feijóo consultadas por ElNacional.cat quitan hierro a la divergencia entre las palabras de Génova y la maniobra de Ayuso. “Son temas diferentes, nosotros hacemos política nacional”, sostienen. Y cierran la polémica evitando valorar la decisión de los populares a la Asamblea de Madrid aduciendo que no son “comentaristas de la actualidad”. Sea como fuere, la creciente y cruenta ofensiva de Isabel Díaz Ayuso contra Pedro Sánchez tiene evidentes daños colaterales en el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo.