Se agota el plazo autoimpuesto por ERC para cerrar un acuerdo con el PSC para la investidura de Salvador Illa y la negociación empieza a transformarse en una batalla de nervios. Esquerra dejó claro hace semanas que cualquier pacto se tiene que cerrar antes de que acabe el mes de julio y que la financiación es la piedra de toque que marcará el éxito de las conversaciones. El PSC mantiene un silencio opaco, pero la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles al Palau de la Generalitat y las declaraciones de los mismos dirigentes de Esquerra en el sentido que el acuerdo avanza, han atizado las interpretaciones periodísticas sobre la posibilidad de una fumata blanca en las próximas horas. ERC asegura, sin embargo, que hacen falta más movimiento en la carpeta de financiación e intenta enfriar la imagen de que el acuerdo está ya cerrado.

Para los socialistas, la investidura de Salvador Illa se convertiría en un balón de oxígeno en medio de un panorama desolador para el PSOE, marcado por la decisión del juez Juan Carlos Peinado de citar a declarar a Pedro Sánchez por los negocios de su esposa, y el revés que recibió esta semana el Gobierno en el Congreso cuando no consiguió aprobar el techo de déficit y la reforma de la ley de extranjería, lo cual ha hecho evidente su debilidad parlamentaria.

ERC

En el caso de Esquerra, la negociación con el PSC llega en el peor momento, en plena crisis interna como hacía años que no se vivía en la sede de la calle Calàbria, que ha hecho evidente la batalla abierta entre el hasta ahora presidente del partido, Oriol Junqueras, y la secretaria general, Marta Rovira, y a la cual se ha añadido las informaciones sobre las campañas de falsa bandera orquestadas desde de ERC y que han provocado la dimisión de Sergi Sabrià, uno de los pesos pesados del partido y mano derecha de Pere Aragonès.

Para Esquerra ir ahora a unas elecciones es el peor escenario, pero investir a Salvador Illa tampoco es fácil, como se admite en la cúpula del partido, donde se subraya el agotamiento que ha provocado entre la militancia los reiterados incumplimientos de los socialistas. De aquí el interés de la cúpula republicana de materializar compromisos pendientes antes de anunciar ningún nuevo pacto, como los fondos destinados al traspaso de Rodalies o para Investigación anunciados el lunes.

Rovira

Las dudas internas sobre la conveniencia del acuerdo llegan al extremo que fuentes de la formación aseguran que la secretaria general no defenderá el pacto ante la ejecutiva del partido, sino que se limitará a exponer la oferta acordada. En cualquier caso, desde la dirección de ERC se insiste en que antes de someter la propuesta cerrada con los socialistas a la militancia, tendrá que ser ratificada por la ejecutiva. La cúpula del partido tampoco esconde los movimientos para intentar implicar a Junqueras en el acuerdo, pero este, desde que renunció al cargo, se ha limitado a observar la situación desde una discreta y silente distancia.

En este contexto, fuentes de Esquerra insistían esta noche en el Parlament que las negociaciones no están en la recta final, que el PSC se tiene que mover más si quiere conseguir un pacto para investir a su primer secretario y que el escollo para cerrar un acuerdo sigue siendo la financiación propia.

Diputación permanente

Por su parte, el PSC se limita a asegurar que serán pacientes y generosos para conseguir llevar las conversaciones a buen puerto e insisten en que, por más que ERC sitúe la finalización de las conversaciones a finales de julio, el plazo para la investidura no se agota hasta el 26 de agosto. Desde Madrid, sin embargo, la impaciencia es evidente y las declaraciones de los ministros señalando la inminencia del pacto se suceden día tras día.

En caso de que el acuerdo se cierre una vez haya acabado el mes de julio, corresponderá a la diputación permanente del Parlamento decidir la convocatoria del pleno de investidura y no a la Mesa de la cámara, donde el independentismo tiene la mayoría. La diputación permanente, que se encarga del gobierno del Parlament entre periodos de sesiones, está constituida por 23 diputados que representan a los diferentes grupos y tiene la capacidad de convocar el pleno por decisión de la mayoría absoluta de sus miembros.