Los datos del uso social del catalán en Catalunya son preocupantes: solo un tercio de la población la tiene como lengua habitual. Desde que se hicieron públicas estas cifras el pasado mes de febrero, las diferentes entidades han ido poniendo encima de la mesa diferentes iniciativas para tratar de incrementarlo en diferentes ámbitos. Y también han reclamado al Govern de la Generalitat que se ponga las pilas a la hora de garantizar el aprendizaje a aquellas personas recién llegadas al país que lo quieren aprender, pero que no tienen plazas en los cursos oficiales que se ofrecen.
Este jueves, en la Casa del Mar de Barcelona, hasta ocho entidades (Coordinadora d’Associacions per la Llengua Catalana, Institut d’Estudis Catalans, Mantinc el català, No em canviïs la llengua, Òmnium Cultural, Plataforma per la Llengua, Salut pel Català y Softcatalà) han unido fuerzas y han presentado la iniciativa #repte21dies, que anima a los catalanohablantes a mantener su idioma en todas las circunstancias durante tres semanas, concretamente entre el 12 de mayo y el 1 de junio. Entre los asistentes al acto de presentación había el expresident de la Generalitat, Quim Torra.
Unos cambios autoimpuestos
Muy a menudo, los catalanohablantes cambian de idioma ante las personas que les hablan en castellano, incluso cuando los entienden hablando en la lengua propia. Y también inician las conversaciones directamente en castellano cuando su interlocutor es inmigrante, ya que creen que, si no, no los entenderán. Además, según ha explicado la experta Àstrid Bierge, casi nunca se les pide que lo hagan, sino que es una iniciativa propia: "El uso social se dispararía si solo cambiáramos de lengua cuando nos lo piden explícitamente", ha apuntado.
Durante el acto también han intervenido catalanohablantes de origen extranjero que han explicado su experiencia y han confirmado que eso les sucede: "Una vez me hablaban en catalán hasta que vieron que en lugar de DNI tenía NIE y me empezaron a hablar en castellano", ha explicado Daniel Hernández, que llegó a Vic desde Colombia cuando tenía siete años. El hecho de hablar en castellano a las personas recién llegadas provoca dos cosas: la primera, hacerles pensar que el catalán es una lengua inútil en Catalunya; la segunda, quitarles oportunidades de oír un idioma que todavía no dominan.
Veintiún días, los necesarios para ganar un hábito
Estos 21 días escogidos por las entidades que hay detrás del reto tienen un motivo, los estudios indican que los hábitos se adquieren después de tres semanas de mantenerlos. Por eso mismo, una de las propuestas que se han hecho durante el acto ha sido que, si algún día de este reto no se consigue mantener el catalán durante toda la jornada (sea por el motivo que sea), añadir otro al reto hasta cumplir los 21 días. Leila Camps y Gabriel Roca, dos personas que se han apuntado a este desafío y que ya tienen una fuerte conciencia lingüística, pero que, tal como han explicado, también cambian de lengua en situaciones como en la consulta del médico. Jordi de Bofarull ha explicado el proyecto similar que han llevado a cabo en Valls, llamado CONVIT, que consideran un gran éxito. Según ha explicado, 290 personas de perfil bastante heterogéneo se han sumado y en líneas generales han conseguido mantenerlo. Pero sobre todo destaca el cambio de hábitos que han registrado las personas que se han sumado al "experimento" una vez lo han terminado.
Consejos para que el reto sea un éxito
Àstrid Bierge ha querido dar una serie de consejos a las personas que han decidido sumarse al reto. El primero, marcarse objetivos concretos y viables. El ejemplo que ha puesto ha sido claro: "En lugar de decir que empezarás a hacer ejercicio cada día cuando no haces nunca, proponte apuntarte al gimnasio mañana". Uno de los inconvenientes que se pueden encontrar es tener que hablar en catalán con personas con quien normalmente utilizan el castellano. En este sentido, ha sugerido practicar las conversaciones bilingües: pedir a alguien de confianza que te hable en castellano durante media hora mientras tú mantienes el catalán. Y otra de las claves para que el reto sea un éxito y no fracasar en el intento es hacerlo acompañado, sea en pareja o en equipo, para compartir la experiencia y hacerla todavía más enriquecedora.