La chica que perdió el ojo en la manifestación del 16 de febrero en Barcelona por la libertad del rapero Pablo Hasél acusa a los Mossos de actuar de forma antirreglamentaria. Según ha adelantado El Matí de Catalunya Ràdio, dos querellas denuncian que no se cumplieron los protocolos para el lanzamiento de proyectiles de foam.
Durante los disturbios del pasado 16 de febrero, trascendió en las redes sociales la imagen de la joven con el rostro ensangrentado. El SEM explicó que en una primera exploración no se la consideró grave, pero que una vez en el hospital tuvo que ser operada. Desde el primer momento, Irídia pidió imágenes para investigar los hechos de entre las ocho y media y las nueve menos cuarto de la noche en Via Augusta entre Diagonal y Travessera de Gràcia. Estas imágenes son las que han permitido identificar a dos posibles autores del tiro.
Dos tiradores indentificados
En declaraciones aCatalunya Ràdio, Anaïs Franquesa, abogada de Irídia, ha explicado que, a partir de las imágenes y vídeos que se han ido recogiendo del día de los hechos, se han podido identificar dos tiradores. "Hemos unido las imágenes y llegamos a la conclusión de que se disparan dos tiros en un margen de seis segundos. Es durante estos segundos cuando la chica afectada se cae al suelo. Por la posición donde se encuentran los agentes, podemos ver que están en posición de disparar", ha matizado.
Franquesa ha explicado que la chica que ha perdido el ojo se está recuperando y que ha necesitado una prótesis, ya que ha perdido el ojo completamente. Franquesa ha subrayado que, aunque sigue con su vida, aquellos hechos han marcado un antes y un después en su vida.
Tiros de forma indiscriminada
La abogada de Irídia asegura que aquella noche las balas de foam se dispararon de manera indiscriminada y que, teniendo en cuenta que la chica estaba de pie en el momento del tiro, recibió un impacto en la cara, una altura a la que no se puede disparar este tipo de proyectil.
"Un manifestante tiene derecho a la integridad física, si hay violencia puede perder el derecho a la manifestación, pero nunca a la integridad física", ha recordado Anaïs Franquesa, que ha apuntado que los hechos "incluso se podrían considerar tortura".
La querella, ha explicado, se presenta contra el agente autor de los hechos y contra su superior: "Un agente de los Mossos no puede disparar sin el permiso de un superior", ha manifestado la abogada.
Irídia pidió a los grupos políticos que más allá de debatir sobre la idoneidad de los proyectiles de foam para los antidisturbios de los Mossos, se refuercen los mecanismos internos y externos de control, evaluación e investigación de la acción policial.