¿Hay que seguir el camino marcado por Austria? Las Fuerzas Armadas de este país trabajan en el simulacro de un gran apagón eléctrico de tiempo indefinido. Teniendo en cuenta que ya han acertado las últimas predicciones, como la pandemia global, un atentado terrorista en Viena o ciberataques, quizás hace falta hacernos la pregunta y trasladarla a nuestra casa. De entrada, la rumorología motivada por los problemas del suministro de gas y otras variantes, sitúan un posible apagón a finales de enero. Es más, las previsiones de las compañías marcan que estos días la punta de frío, unida a la baja producción de energía eólica y fotovoltaica, por cuestiones meteorológicas, puede provocar problemas.
Ahora bien, si huimos de las especulaciones, a pesar de un entorno nada favorable, las principales fuentes de suministro confirman que no hay que sufrir. Los operadores Enagás y Red Eléctrica Española han descartado que haya problemas de suministro de energía, gas y eléctrica, durante este otoño e invierno. Por su parte, Enagás ha explicado que el Estado español tiene bastante gas almacenado para cubrir 40 días de consumo, más que otros años en estas mismas fechas y más que otros países del entorno. Mientras que Red Eléctrica detalla que la potencia instalada es de 107.088 megavatios (MW), más del doble del récord histórico de demanda marcado el pasado 17 de diciembre de 2007. Otro tema será una subida de su precio final.
¿Qué hacen en Europa?
¿A pesar de todo, es necesario un simulacro? Países avanzados de la Unión Europea se reafirman en el sí. Austria alertó a sus ciudadanos de que tenían que tener preparado un kit de supervivencia. Y Alemania, a través de la Oficina Federal de Protección Civil y Asistencia para Catástrofes, ha compartido tutoriales con los consejos sobre cómo actuar en el caso de un apagón. También Suiza alerta de la posibilidad de apagón en invierno, relacionada con sus desacuerdos con la Unión Europea y teniendo en cuenta la demanda mundial. En el Estado español, no se realiza un simulacro o se han tomado consideraciones relacionadas con el apagón desde el año 2016.
Cinco años del último simulacro
Bajo el gobierno de Mariano Rajoy se practicó un simulacro conjuntamente con Portugal y Francia. Se basó en la reposición del servicio eléctrico después de un simulacro de apagón generalizado en la península Ibérica y parte del sur de Francia. Los operadores de los tres países querían validar los planes de reposición del servicio del sistema eléctrico peninsular, así como los de apoyo conjunto del sistema español con los sistemas portugués y francés. También se propuso hacer esta operación internacional para conseguir el entrenamiento de los equipos involucrados en situaciones extraordinariamente excepcionales.
Una falta de alta gravedad como un gran apagón supone la activación inmediata del Centro Permanente de Información y Coordinación de la Secretaría de Estado de Seguridad (CEPIC). Desde Interior se coordina la comunicación a todas las fuerzas policiales en caso de emergencia, y también recibe información de las Centrales Receptoras de Alarmas de los operadores eléctricos. La respuesta más inmediata se tiene que dar a las centrales nucleares. De momento, no se ha marcado ninguna fecha pero no se descarta hacer diferentes pruebas en cooperación con la Unión Europea. A modo de ejemplo, el pasado 3 de noviembre, se hizo un simulacro para hacer frente a un incidente sorpresa y de interconexiones. La prueba sirve para analizar el funcionamiento por si hubiera problemas en los procesos de creación de precios a los sistemas de los diferentes países y con los operadores de red que pudieran impedir la formación conjunta de precio en la UE.