El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, afirma no tener miedo de que crezca el rechazo social contra los turistas y cree que el ocurrido la semana pasada en Barcelona, las protestas contra el turismo masivo y la acción directa con pistolas de agua contra visitantes foráneos, hace falta "ponerlo en su lugar", porque "una fotografía, por muy icónica que sea, no refleja la realidad de todo un país". En declaraciones a la prensa este jueves desde Madrid, Hereu se ha mostrado confiado que este rechazo social no vaya a más, siempre que los respectivos gobiernos hagan "los deberes" y se redistribuyan los beneficios que genera el turismo, aumenten salarios, controlen horarios y, en general, se eleve la calidad laboral en el sector.
"Yo he sido alcalde de Barcelona y sé que cualquier hecho en las Ramblas a veces coge una dimensión de proyección internacional injusta y exagerada, porque (...) somos una cultura hospitalaria", ha argumentado Hereu, después de condenar el ataque a turistas por parte de manifestantes contra la masificación del turismo. A su juicio, también es necesaria una "redistribución territorial" del turismo, ya que "es fundamental desconcentrar los flujos para que el turismo internacional descubra toda la España diversa".
Un registro de pisos de alquiler temporal
Sobre los territorios turísticos más tensados, Hereu ha defendido que la vía para evitar conflictos es la regulación y eso compete a los gobiernos autonómicos, que por ejemplo son las que pueden controlar los pisos turísticos. Para ayudar en esta tarea, el Gobierno trabaja en un registro único de pisos de alquiler temporal, incluidos los pisos turísticos, que el Ejecutivo estatal quiere que esté listo hacia "marzo o abril" del próximo año. Es muy importante que todo piso que esté presente en las plataformas tenga un código único que permita identificarlo. Como en cualquier otra actividad, necesitamos conocer mejor la realidad para poder limitarla y regularla", ha defendido el ministro. A su juicio, "hay ciudades que nunca han controlado nada, y por eso ahora hay un exceso de oferta y hay oferta ilegal", mientras que otras "lo hacen desde hace muchísimos años".
Hereu considera que se tiene que apostar por un modelo turístico respetuoso con las comunidades que visita, "que comparte con ellos una experiencia y que respeta el medio ambiente, la historia, los valores y la calidad de vida de los residentes". "Hay que fomentar la sostenibilidad a medio y largo plazo" del turismo, porque|para que si no, puede ocurrir que la sociedad "se gire en contra" de un sector del cual, apunta, dependen directamente más de 2,8 millones de familias. Así, se aborda "el gran reto de gobernar el turismo", que implica "tener la capacidad de delimitar y regular la oferta", pero, en su opinión, tienen que ser las administraciones locales y autonómicas las que escojan los instrumentos y estrategias para hacerlo en función de la realidad de cada caso.
Manifestaciones en Barcelona contra el turismo masivo
Las declaraciones de Hereu llegan después de que se hayan dado a varias ciudades muy visitadas una sucesión de protestas contra el turismo masivo y las consecuencias que comportan para los residentes: Palma, Málaga, Canarias o, más recientemente, Barcelona. El sábado pasado, la capital catalana albergó una gran manifestación, con más de tres mil personas —según la Guardia Urbana— clamando contra la dependencia económica de la ciudad del turismo y por un cambio de modelo, poniendo el acento también sobre los problemas que se generan, como el encarecimiento de la vivienda, la saturación del transporte público o los problemas de cohabitación. Algunos manifestantes increparon a turistas que había en terrazas e, incluso, se les tiró agua con pistolas de juguete, una imagen que ha suscitado debate en las redes y a los medios y que, incluso, ha llegado a la prensa británica.