Carles Puigdemont se escabulló este jueves en medio de un dispositivo de centenares de Mossos que blindaban el Passeig de Lluís Companys y el Parc de la Ciutadella. En total eran 602 los efectivos, según ha explicado el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, en rueda de prensa este viernes. Pero Puigdemont consiguió zafarse, lo cual ha provocado el enfado de los responsables policiales. En lo que sí coinciden tanto la policía como el entorno de Puigdemont es en negar que hubieran pactado una detención. Con todo, dos de las cuestiones que han hecho correr más tinta en las últimas horas es por qué la policía no le detuvieron cuando lo tuvieron al alcance y por qué razón había una silla de ruedas en el vehículo en el que se fue Puigdemont.

El president, que estaba en Barcelona desde el martes, se presentó pocos minutos antes de las 9 de la mañana del jueves en el Passeig Lluís Companys para participar en un acto de recibimiento en que le esperaban unas miles de personas. Llegó al Arc del Triomf desde la calle Trafalgar, a la cual accedió por el Passatge de Sant Benet. Allí le esperaba la plana mayor de Junts, que lo rodeó y lo acompañó a una velocidad más que notable y en medio de una nube del cámaras hasta un espacio cerrado con vallas montado en torno al acto.

Uno de siete agentes de información

Al lado del escenario había un mosso de información. Era el único efectivo policial del área de información que estaba en aquel punto de los siete agentes de esta área que el dispositivo policial había destinado al Passeig Lluís Companys, según se explica en el atestado policial el cual ha tenido acceso ElNacional.cat. El agente detectó rápidamente la llegada de Puigdemont y lo comunicó por la emisora, pero no actuó ante la gran cantidad de personas que había concentradas para recibir al president. De hecho, Eduard Sallent ha admitido que el dispositivo preparado no tenía intención de detenerlo allí. Además, las previsiones policiales era de que acudieran poco más de un millar de personas al acto y, finalmente, cuantificaron la asistencia en 4.500 personas.

El agente de paisano siguió a Puigdemont pero no pudo acceder al interior del recinto vallado que rodeaba el acto porque solo se permitía la entrada a las personas acreditadas y el perímetro en torno al escenario estaba sellado por vallas atadas con bridas. No obstante, desde el exterior siguió los movimientos del líder de Junts.

Una vez dentro, Puigdemont se dirigió directamente al escenario, donde protagonizó una intervención de cinco minutos, al finalizar la cual fue inmediatamente desalojado de por su abogado, Gonzalo Boye. El mosso seguía los movimientos, aunque fue detectado por los presentes, que empezaron a interrogarlo sobre su actividad.

 

Al bajar del escenario, Puigdemont fue conducido al interior de una carpa montada dentro del espacio cerrado por los organizadores del acto. En este punto, el mosso que hacía el seguimiento lo perdió de vista, pero pudo observar la presencia de una cincuentena de personas, todas con sombreros de paja, colocados en tres columnas y los brazos entrelazados, según se explica en el atestado. Acto seguido, más personas se encasquillaron sombreros similares. A continuación, Carles Puigdemont y el secretario general de Junts, Jordi Turull, salieron de la carpa, pero en el atestado no se doce en ningún momento que se pusieran también gorros de paja. 

El agente siguió relatando los movimiento que observaba a través de la emisora policial, mientras algunas de las personas que se encontraban en el lugar ante su actitud de vigilancia lo increpaban. Mientras tanto, el grupo que acompañaba a Puigdemont se dirigió a las vallas de seguridad que rodeaban el acto por el lado Besòs del paseo, cortaron las bridas que unían las vallas de seguridad y salieron al exterior, justo en la vía de salida del parquing SABA.

La silla de ruedas

Según el atestado, Puigdemont se puso una gorra en la cabeza, al igual que Turull, que salía detrás de él. En la vía que conduce al exterior del parking había dos coches y una moto parados. El primero, un vehículo marca Honda de color blanco, que llevaba una silla de ruedas plegada en el asiento del copiloto. Según ha podido saber ElNacional.cat, este coche era un vehículo adaptado y lo conducía una mujer con una minusvalia. Puigdemont se sentó tras el piloto y Turull tras el asiento del copiloto.

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El coche blanco en que subió Puigdemont 

Los tres vehículos salieron por la Avinguda de Vilanova y giraron por la calle Nápoles, según ha hecho constar al agente en el atestado, donde explica que tuvo que llamar por teléfono al inspector en jefe ante la imposibilidad de comunicarse a través de la emisora.

A partir de este momento, las personas que habían detectado la presencia del mosso y controlaban sus movimientos cambiaron de actitud, intentando obstaculizar sus movimientos, mientras él trataba de no perder de vista a los vehículos que habían iniciado la marcha. Al atestado admite que ante la hostilidad de los presentes no pudo efectuar ninguna acción directa y se tuvo que limitar a seguir a los vehículos y comunicar su posición. Corriendo por la acera tras los coches, fue informando de los datos del Honda blanco y de su recorrido por la calle Sardenya, desde donde pudieron ver como el vehículo se dirigía al paseo de Circunvalación, que rodea el parque de la Ciutadella hasta el acceso por la puerta del Passeig Picasso. No obstante, una vez el semáforo de la calle Ramón Trias Fargas con el paseo de Circunvalación se puso verde, les perdió definitivamente de vista.

El coche es propiedad de un mosso, que se encuentra de baja médica, pero quien lo tenia una amiga con discapacidad con quien había intercambiado el vehículo, según consta en el atestado policial. El agente propietario del coche fue detenido y liberado ayer mismo.

Los Mossos detuvieron a un segundo agente, que ha sido dejado en libertad esta mañana. El agente ha quedado suspendido de empleo y sueldo, y la unidad de Asuntos Internos ha abierto un expediente. Esta noche se ha detenido a un tercer agente.