Por las clases de historia del profesor Joan B. Culla en la UAB han pasado —hemos pasado— diferentes generaciones de periodistas. Muchos de aquellos estudiantes, algunos convertidos hoy en rostros populares de los medios, estaban esta noche en el CCCB para homenajear al profesor, junto con historiadores, políticos, contertulios y, sobre todo, amigos. "El historiador del presente", como lo ha descrito Borja de Riquer, "la persona que desde los medios de comunicación ha hecho la reflexión histórica de los problemas del presente". "Nos has iluminado en esta difícil realidad a que no nos gusta someternos", ha agradecido la periodista Mònica Terribas, mientras al periodista Josep Ramoneda lo describía como "una persona de orden con la cabeza bien amueblado" y uno de los articulistas más leídos y respetados del país.
Las diferentes intervenciones que se han ido sucediendo sobre el escenario han esbozado la imagen del intelectual de conocimientos enciclopédicos, el apasionado por la historia, el polemista que no deja ninguna batalla por luchar, el trabajador incansable y curioso, el escritor de verbo afilado y preciso, el compañero complicado según cómo, pero siempre dispuesto a escuchar... Y también y sobre todo, el amigo. "Poder a la vez ser amigo de alguien que admiras y al mismo tiempo poder admirar a alguien de quien eres amigo es la lotería", ha estallado un emocionado Vicenç Villatoro, mientras compartía escenario con otro de los grandes amigos, Salvador Alsius.
Cuatro presidentes
Esta noche, en el acto organizado por el CCCB y el diario Ara, la larga y densa carrera de Culla se ha dibujado encima del escenario —incluso con sorprendentes videos de programas históricos de TVE de Sant Cugat—, pero, también, en las primeras filas del público. Cuatro presidents de la Generalitat han acudido a homenajearlo. Los presidents Jordi Pujol, José Montilla, Artur Mas y Pere Aragonès, acompañados de un largo listado, de consellers y exconsellers, representantes políticos y expolíticos, de todo casi todo el abanico parlamentario.
Joan B. Culla, que a principios de septiembre anunció que dejaba de escribir sus artículos semanales por problemas de salud, ha seguido el acto desde la primera fila. La emotividad de los parlamentos ha conseguido perforar su habitual socarronería, y al tomar la palabra se ha confesado "desbordado", por un homenaje que se ha convertido en un intenso y consistente repaso de unos años de trabajo en los medios y a la universidad de la mano de algunos de los historiadores y comunicadores más destacados del país.
Sin abandonar el sarcasmo, el profesor ha agradecido "la discreta ocultación de defectos y carencias" en las intervenciones. "Yo, que me he enrollado siempre como una persiana, no dispongo hoy lamentablemente de las fuerzas precisas para volver a hacerlo. Todo eso que os ahorráis", ha ironizado. Pero tampoco ha podido evitar la emoción por el despliegue de afecto y respeto en que se ha convertido la convocatoria. "Me acabáis de proporcionar el equipaje más precioso que se puede llevar en el viaje que me queda por hacer", ha concluido, mientras los asistentes acogían sus palabras en pie con una larguísima ovación.