Dos centenares de guardias civiles que hacía un par de semanas estaban alojados en el hotel Vila de Calella (Maresme) han sido expulsados hoy después de los incidentes que protagonizaron en la localidad el domingo por la noche, después de participar en la operación policial contra el referéndum. Los agentes han tenido que buscarse un alojamiento alternativo.
Los incidentes se produjeron después de que vecinos de Calella acudieron la pasada noche al hotel a increpar a los policías. Los agentes se habrían enfrentado, vestidos de paisano, con los manifestantes amenazándolos con porras, lo cual obligó a intervenir a los Mossos. El episodio derivó en un enfrentamiento como consecuencia del cual resultaron heridas 14 personas.
La tensión llegó hasta el punto que la alcaldesa de Calella, Montserrat Candini (PDeCAT), se presentó en el hotel para pedir explicaciones a los mandos. La conversación entre la responsable municipal y los responsables policiales fue subiendo de tono, según fuentes presentes, y la alcaldesa les reprochó que no se le habían comunicado formalmente su presencia ni el objetivo de su estancia, tal como es preceptivo, y les advirtió sobre los problemas de convivencia que provocan la actitud prepotente con que se mueven por el municipio.
El mando policial replicó defendiendo la "profesionalidad" de los agentes a su cargo y visiblemente irritado hizo gesto de marcharse, ante el cual Candini habría reclamado el saludo obligado a la alcaldesa.
Al día siguiente por la mañana, según fuentes municipales, los propietarios del hotel comunicaron al consistorio el malestar por la presencia del cuerpo policial, explicaron que la Guardia Civil había atribuido el movimiento de los agentes a un reforzamiento a raíz de la alerta terrorista, y expresó su profunda incomodidad ante la represión que los cuerpos estatales protagonizaron contra gente que pretendía votar en el referéndum.
Ante todo, el consistorio emplazó a los agentes a irse hoy mismo, tal como finalmente ha acabado pasando.
El representante de la empresa gestora del hotel, David Coll, ha asegurado que fueron engañados. "La sensación de haberlos tenido en casa es horrorosa. Nunca más acoferemos a esta chusma", ha dicho en declaraciones a la ACN. Ahora el hotel cierra las puertas y no abre hasta la próxima temporada.
Por el contrario, fuentes policiales, aseguran que los agentes han decidido dejar los hoteles para que los trabajadores, algunos de los cuales hoy no han acudido a su lugar de trabajo, "no tengan problemas" y han expresado "el agradecimiento a todos los empleados por la atención que han recibido siempre".
Tensión en la salida de los agentes
En el momento de la salida de los agentes del hotel se han vivido momentos de fuerte tensión, ya que se ha formado una fuerte concentración ciudadana ante el alojamiento para cerrar el paso a los agentes. Algunos de los manifestantes han perseguido las furgonetas de los agentes de la Guardia Civil y han cortado la Nacional.
La alcaldesa de la población se acercó al lugar de la concentración para pedir a la población que dejaran marchar a los agentes y que no se provocaran escenas violentas por parte de los manifestantes para evitar una imagen errónea.
Más negocios cierran la entrada a los agentes
Gimnasios, bares y otros comercios que durante años se han favorecido por la presencia casi continua en la localidad de fuerzas de seguridad, tampoco han permitido hoy la entrada a los agentes.
Incluso, algunos de ellos han publicado mensajes en sus cuentas de las redes sociales para condenar la actuación policial de ayer en los centros de votación y avisan a los policías: "A partir de hoy, a favor de un derecho fundamental como la democracia, usted no es bienvenido. Seguramente muchos otros establecimientos estarán encantados de recibir su dinero".
Esta situación ha sido denunciada también por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que, en un comunicado, además de relatar el caso de los hoteles, ha resaltado el acoso y hostilidad contra los guardias civiles que está provocando "situaciones muy difíciles en el núcleo familiar de trabajadores que hasta hace escasos días vivían plenamente integrados en Catalunya".
Concentración de rechazo en Igualada
Horas más tarde, los rumores de que la Guardia Civil que habían echado de Calella se encontrara en Igualada ha provocado una concentración de los vecinos ante el cuartel en símbolo de protesta. Los vecinos han hecho sonar cacerolas y llaves, a la vez que gritaban a los agentes que había en la comisaría, que ha tenido que ser protegida por los Mosssos.