La Comisión Internacional de Ciudadanos Europeos (en inglés International Commission of European Citizens, ICEC), una ONG internacional que tiene como objetivo actuar de lobby a favor de la autodeterminación y la independencia de los pueblos sin Estado, cumple 10 años desde su creación. La organización cuenta con miembros de naciones como Catalunya, Euskadi, Flandes, Escocia, Gales, Tirol del Sud y el Veneto.

"Gracias a la manera de hacer constante, honesta e independiente de los socios y observadores del ICEC y gracias al apoyo popular recibido desde el 2009, cuando empezamos a actuar dentro de la organización del movimiento de base de las consultas populares (2009-2011), hemos conseguido romper muchos techos de cristal y hemos abierto nuevos espacios y oportunidades para la causa de la independencia", han asegurado en un comunicado.

La entidad ha celebrado haber alcanzado varios objetivos, tales como establecer a una ONG internacional con sede en Bruselas con el objetivo único de defender activamente el ejercicio del derecho universal de autodeterminación e independencia de los pueblos, desarrollar una red internacional de observadores independientes para los diferentes referéndums oficiales y elecciones o hacer campaña paneuropea para recoger firmas a favor del derecho de los pueblos a autodeterminarse, y presentar en el Parlamento Europeo las 700.000 que recogieron.

También crear un programa de hospitalidad para dar la bienvenida y hospedar a los manifestantes catalanes independentistas en casas particulares y hostales con precios gratuitos o mínimos y tener presencia regular en medios internacionales, con numerosas intervenciones en torno al mundo (BBC, ITC, CNN, France 24h, Russia Today (RT), Aljazeera, El Globo, Politico, Progreso, y muchas radios públicas americanas, australianas, irlandesas, búlgaras, austríacas...) además de colaboraciones en libros editados en Europa.

La entidad se congratula de haber tenido "un papel político activo durante una década con el trabajo hecho dentro de los movimientos escocés, catalán, flamenco, vasco, veneciano y sur-tirolés, luchando siempre y sólo por la autodeterminación y la independencia".

"Hemos sido un testigo constante y próximo durante todos estos años, cuando en muchos de nuestros países se conseguían mayorías absolutas de escaños en nuestros Parlamentos y Gobiernos. Hemos compartido el gozo de muchas victorias independentistas y compartimos la decepción cuando estas victorias todavía no nos han llevado a la independencia", han añadido.

La lección de Catalunya

La ICEC ha querido hacer una mención especial para Catalunya y su proceso independentista. "El caso de Catalunya ha dado una lección: millones de personas en la calle y millones de votos a favor de la independencia no son bastantes si, a la hora de hacer efectiva la independencia, el gobierno depositario de la voluntad del pueblo no se mantiene unido y leal a la democracia", han apuntado.

"La democracia se tiene que demostrar, todavía más, cuando el adversario amenaza con utilizar la violencia contra población pacífica. Es entonces que el poder del voto popular (democracia) se tiene que asumir y tiene que regir la decisión del gobierno. La amenaza de violencia y el miedo de la violencia no puede estar por encima de lo que la gente ha decidido votando. Si fuera así, se consagraría el 'poder amenazador' que criticamos como demófobo, y se quemaría cualquier posibilidad de libertad. Si la democracia es el camino, el mandato democrático es un deber", han añadido.

 

Imagen principal: conferencia de la ICEC celebrada en Glasgow (Escocia) en noviembre del 2017 / Foto: ICEC