El ministro de cultura y primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha participado este domingo en la Fiesta de la Rosa de los socialistas de Lleida, Pirineu y Arán en Alpicat (Segrià), y durante su intervención se ha hecho un lío entre los años de historia del PSOE y los del PSC. Iceta ha afirmado "nuestro partido tiene 143 años de historia y todavía muchos por delante", refiriéndose al PSC, aunque este dato no es correcto, porque el Partit dels Socialistes de Catalunya se fundó el año 1978, por lo tanto, solo hace 44 años. El PSC surgió de la voluntad de unidad de los años de la transición, entre el Partido Socialista de Catalunya-Congrés (PSC-C), con Joan Reventós como líder, el Partido Socialista de Catalunya-Reagrupament (PSC-R), con Josep Pallach al frente y la pequeña Federación Catalana del PSOE con Josep Maria Triginer. Estos tres partidos diferentes pactaron la creación del PSC en 1978 en Barcelona. En cambio, la fecha a la cual ha hecho referencia Iceta se corresponde en realidad con la fundación del PSOE, que si fue el año 1879 en Madrid.
Estas han sido las palabras de Iceta en Alpicat.
Críticas contra Aragonès
A lo largo de su discurso, el ministro ha alabado su partido y ha defendido que el PSOE tiene proyecto, organización y liderazgo, "alguna cosa que desgraciadamente muchos otros no tienen", y que hace una política limpia, mientras que la derecha piensa en los sectores de la sociedad que lo tienen aún no en las personas que más lo necesitan. Iceta ha aprovechado el acto para criticar las declaraciones del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, a Alcarràs, donde afirmaba que comía piña cada mañana: "Nosotros somos de manzana, de pera, del melocotón; de todo lo que se hace aquí con el esfuerzo de tanta gente". Además, ha señalado también al Govern de la Generalitat, "que está dividido, que no sabe a dónde va, que no está a la altura", y en esta línea ha posicionado al PSC como una alternativa capaz de construir acuerdos de país con su líder, Salvador Illa.
Haciendo un repaso por la situación política en España, ha cargado contra la "derecha tradicional" y lo ha acusado de comprar "absolutamente la agenda política y el discurso de Vox". En este sentido, ha afirmado que se atreve cada vez más a "decir sus verdades, aunque aplasten a la gente", posicionando en contra de cualquier medida beneficiosa para la mayoría de la ciudadanía, particularmente de las personas que más lo necesitan, en sus palabras. Y ha asegurado que la derecha ha antepuesto los intereses de Argelia a los de España, en alusión a la ruptura de las relaciones comerciales entre los dos territorios: "Les es igual la suerte del país", ha lamentado.
En sus críticas a la derecha, ha parafraseado al exministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, cuando dijo en 2012: "Que caiga España, que ya lo levantaremos nosotros," a lo que ha respondido que alguien que habla así no se merece gobernar. También ha recordado la moción de censura promovida por el PSOE contra el expresidente popular Mariano Rajoy: "En España teníamos un gobierno que apestaba a corrupción, que utilizaba las instituciones para intentar que las investigaciones no descubrieran la verdad, que ponía a las instituciones al servicio de los más tristes y oscuros intereses de partido".