El vicepresidente segundo del Gobierno y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha expresado este martes su preocupación porque se generalice la crispación que ha llevado a algunos a hacer escraches frente a su casa o la del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y ha alertado: "Esto se sabe dónde empieza, pero no dónde acaba". Además, el vicepresidente ha alertado de que, a su juicio, sería un error que la gente entendiese que la forma de protestar es en las casas de los políticos y ha avisado que el próximo puede ser en los domicilios de "Ayuso, Abascal o Espinosa de los Monteros".
En una entrevista en La Sexta, Iglesias se ha pronunciado en estos términos preguntado sobre la protesta ayer frente a la casa del ministro Ábalos y la del fin de semana en el domicilio que Iglesias comparte con la ministra Irene Montero. Aunque no ve "muy grave" los escraches que él y Ábalos han sufrido, sí considera que "es malo" y ha pedido que el derecho a la manifestación se proteja, "pero evitando situaciones de crispación que nadie deseamos".
"El problema es que esto se puede generalizar y esto va a terminar ocurriéndole a otros líderes políticos. Hoy es gente de derechas manifestándose en la puerta de mi casa. Mañana será gente de izquierdas manifestándose enfrente del apartamento de Ayuso, de la casa de los Espinosa de los Monteros, de la casa de Abascal...", ha avisado Iglesias, que cree que también podrían sufrir situaciones como esta periodistas o líderes de opinión.
No obstante, preguntado sobre que él defendía la legitimidad de estas protestas en sus inicios, ha aclarado: "Yo nunca he defendido que vayan a la casa de nadie. Otra cosa es que cuando uno tiene un cargo público tiene que asumir que la gente pueda protestar, o que te puedan decir algo por la calle o que vayan a la sede de tu ministerio o de tu partido o al lugar donde trabajas".