El debate de política general, uno de los principales plenos del curso político junto con el de la ley de presupuestos, se pondrá en marcha en el Parlament este martes a las cuatro de la tarde. Será la tercera vez que el president de la Generalitat, Salvador Illa, comparece en el hemiciclo desde que fue investido el pasado 8 de agosto. La gestión protagonizará la intervención del president, que abrirá el debate con tiempo ilimitado. Desde la tribuna del Parlament, Illa podrá observar a los principales grupos de la oposición ajetreados en sus propios debates internos. No tendrá réplica del líder de la oposición, dado que Junts ha renunciado a esta figura hasta que la aplicación de la amnistía y el próximo congreso del partido aclare el reparto de papeles de la nueva dirección. Por lo que respecta a ERC, sumergida en una cainita batalla interna, vive pendiente del próximo congreso de la formación donde se tendrá que ventilar el liderazgo del partido. La trifulca de los republicanos puede resultar especialmente preocupante para el president dado que ERC és, junto con los Comuns, el socio preferente con que cuenta en el Parlament. 

Desde que aterrizó en la Plaça Sant Jaume, Illa ha hecho bandera de la normalización política de Catalunya, i la previsión es que su intervenció se centre "en los servicios públicos y el abordaje de los principales retos del país", según fuentes del Govern. Estas fuentes subrayan que pondrá especial énfasis en la vivienda, que protagonizará una de las propuestas estrella de la jornada. Illa tiene también intención de hacer referencia al conflicto en el Oriente Medio, que ha provocado diferentes protestas en las calles de Catalunya en los últimos días. El president dedicará una parte de su parlamento a la situación internacional y "la defensa de la paz", para garantizar que Catalunya está y estará en la primera línea de la solidaridad internacional.

Financiación y lengua

La financiación, una de las piezas clave del acuerdo con ERC para su investidura, estará inevitablemente presente en el pleno, así como la negociación de los nuevos presupuestos, que el Govern tendrá que llevar al Parlament en las próximas semanas si quiere conseguir aprobarlo dentro del plazo legalmente establecido, que finaliza el 31 de diciembre.

También tendrá que referirse a la situación de la lengua. Illa, que ha incorporado a su gobierno un departamento de política lingüística, ya dedicó uno de las primeras reuniones que presidió del Consell Executiu a analizar un informe sobre la situación del catalán. De momento, el Govern está pendiente de la resolución del Tribunal Constitucional sobre el decreto que la Generalitat impulsó para neutralizar la sentencia del TSJC que impone un 25% de castellano en las aulas y no ha avanzado cuál será la respuesta del ejecutivo en caso de que el TC tumbe la norma.

Oposición

La réplica de la oposición se producirá el miércoles y se abrirá con Junts. El presidente del grupo, Albert Batet, se encargará de la intervención del principal partido de la oposición, aunque la semana pasada los diputados de Junts decidieron en una reunión presidida por Carles Puigdemont en Waterloo promover la figura de la portavoz, Mònica Sales. Junts celebrará su congreso el 25, 26 y 27 de octubre y allí tendrá que aprobar la nueva dirección del partido, lo cual puede acabar condicionando también la estructura del grupo parlamentario. De momento, y a la espera de que se aplique la amnistía que ha de permitir el retorno de Puigdemont, Junts no ostentará la figura de jefe de la oposición que, por tanto, quedará vacante.

Más preocupante es para Salvador Illa la situación de ERC. Esquerra es uno de sus socios prioritarios del Govern y se encuentra enzarzada en una guerra interna que amenaza con asar a fuego lento a la formación hasta el 30 de noviembre en que está previsto que se celebre el congreso en que los militantes tendrán que optar por alguna de las cuatro candidaturas que aspiran a la dirección del partido: la que encabeza Xavier Godàs, que defiende mantener la línea de la actual secretaria general, Marta Rovira, que impulsó el acuerdo para la investidura de Illa; la del expresidente del partido Oriol Junqueras, que no se posicionó en contra del acuerdo y que, de hecho, según algunas informaciones, acordó con Illa mantener a miembros de su entorno en el Govern; y las candidaturas de Foc Nou y Recuperem ERC, que cuentan entre las caras visibles con dirigentes que sí se posicionaron en contra del acuerdo con el PSC. El Govern, pendiente de la negociación para aprobar sus presupuestos, no tendrá más remedio que seguir con atención la evolución del congreso de los republicanos.