La crisis abierta entre los dos socios del Govern, Esquerra Republicana y Junts per Catalunya, no está dejando a nadie indiferente. Tampoco el líder del PSC, Salvador Illa, quien ha aprovechado para hurgar en la herida durante una entrevista este jueves. El socialista ha asegurado que vive "con mucha preocupación" el momento actual, y ha lamentado que la posible ruptura del ejecutivo se produzca en un contexto económico y geopolítico marcado por la incertidumbre y la guerra. "No me gusta lo que está pasando", ha advertido. "Con respeto y claridad, se trata de un comportamiento irresponsable y egoísta por parte de los partidos". Un egoísmo que adjudica porque tanto ERC y Junts, según su opinión, están moviéndose pensando en ellos mismos y por intereses electorales, así como degradando las instituciones catalanas.
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"Desde el principio he expresado que el Govern no iba bien, ya veía a venir una mala relación que no acabaría bien", ha afirmado Illa. Ahora bien, ha reconocido que no se esperaba que la ruptura de la confianza entre los dos socios "fuera tan rápida e intensa", después de solo un año y medio de legislatura. Se trata de una valoración que el socialista ya hizo el martes durante su discurso al debate de política general. Hoy, sin embargo, también ha admitido que se sintió sorprendido por la propuesta del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de un Acuerdo de Claridad "sin ni haberlo hablado" con Junts, así como por|para la manera como se pronunció el presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, durante su intervención, en la que amenazó con una cuestión de confianza al presidente.
Salvador Illa no ha querido avanzar qué hará su partido en caso de que Junts abandone el Govern y deje a ERC en minoría, con solo 33 diputados. En anteriores ocasiones, el partido ha rechazado un adelantamiento electoral, lo cual podría abrir la puerta a que los socialistas dieran apoyo externo a Aragonès. Hoy, Illa se ha limitado a decir que es el presidente quien tendrá que decir "qué piensa hacer". Así, ha recordado que, a pesar de quedar en segundo lugar, el republicano consiguió ser investido con los votos de la CUP y Junts, pero si pierde los dos apoyos se encontrará en una situación complicada. "Aragonès tendrá que explicar cómo piensa gobernar y qué piensa hacer. Cuando lo escuche, yo me pronunciaré".
De Batet a Puigneró
La situación crítica actual tiene en su origen en el discurso de Albert Batet este martes, durante el debate de política general, en el que pidió una cuestión de confianza a Aragonès. Los republicanos, enojados por la petición y por lo que consideran una nueva muestra de "deslealtad", advirtieron a Junts para que aclarara su posicionamiento. Después de una larga reunión del consejo ejecutivo de Aragonès, y otra entre el presidente y Jordi Turull, el jefe del ejecutivo anunció la destitución del vicepresidente y principal cargo de Junts en el Govern, Jordi Puigneró. La decisión no ha sido bien recibida por su partido, que ha reunido su dirección este jueves por la mañana para decidir en qué dirección se mueven. Los consellers de Junts ya han puesto su cargo a disposición de la formación.