El Parlament ha vivido este jueves una de las jornadas más extrañas que se recuerdan. La cámara catalana ha investido al primer secretario del PSC, Salvador Illa, como president de la Generalitat con el apoyo de ERC y los comuns, mientras en el exterior la policía enloquecía intentando localizar al president Carles Puigdemont, que tras participar ante miles de personas en un acto político en el Passeig de Lluís Companys, se ha zafado de un espectacular dispositivo de los Mossos. En el pleno de investidura de Illa se ha hablado mucho de la no aplicación de la amnistía, de la persecución de Puigdemont, y de los vaivenes del candidato socialista que un día defendió el 155 y negó la amnistía y que hoy era investido con los votos de ERC; pero de lo que menos se ha hablado este jueves en el hemiciclo ha sido del plan de gobierno del líder del PSC y de la legislatura que hoy se pone en marcha. Y no obstante, y a pesar de los augurios que preveían una suspensión del pleno, Illa ha conseguido completar el debate y ser escogido en primera vuelta con los 68 votos a favor, de PSC, ERC y Comuns, y los 66 en contra del resto del hemiciclo, Junts, PP, Vox, CUP y Alianza Catalana.
🔴 Última hora de Puigdemont, DIRECTO | Reacciones a su regreso a Catalunya
La jornada se ha abierto con la esperada aparición en Barcelona de Puigdemont, que ha comparecido pocos minutos antes de las nueve de la mañana en un acto multitudinario en el Passeig de Lluís Companys ha versionado a Josep Tarradellas al grito de "todavía estamos aquí". Le escoltaban la cúpula de Junts y todos los diputados del grupo parlamentario, y del Congreso y el Senado. Todos ellos lo tenían que acompañar hasta el Parlament, con el presidente de la cámara, Josep Rull, y los presidentes Artur Mas y Quim Torra, al frente. No obstante, una vez ha concluido el acto, Puigdemont se ha zafado literalmente después de subirse a un vehículo de color blanco, que dos coches policiales han intentado interceptar sin éxito. Mientras los diputados de Junts entraban en el parque de la Ciutadella por una puerta lateral de la calle Wellington, obligados a entrar de uno en uno, desfilando entre dos hileras de una treintena de Mossos de la brigada móvil, que escudriñaban los rostros de los parlamentarios buscando a Puigdemont. Al final del pasillo policial estaba el responsable de los Mossos, Eduard Sallent, convencido de que entre los que estaban accediendo al parque aparecería el líder independentista. De hecho, Sallent ha tenido que llegar corriendo desde el otro acceso del parque que estaba abierto, al lado de la estación de Francia. Pero Puigdemont no estaba. Dentro del parque, vehículos policiales sin logotipar se habían situado atravesados en los caminos interiores para impedir el acceso de ningún coche.
Pleno veloz
A las 10 de la mañana, sin saber dónde estaba Puigdemont, se ha puesto en marcha el pleno, mientras a las puertas del parque los manifestantes independentistas han desbordando el cordón policial y los Mossos han respondido con cargas. Al constatar la desaparición de Puigdemont, se ha puesto en marcha la operación Jaula y se han cortado todos los accesos para salir de Barcelona provocando monumentales atascos en las salidas de la ciudad y para acceder al aeropuerto en plenas vacaciones de agosto.
Dentro del hemiciclo el pleno ha adquirido una velocidad inusitada, posiblemente atizada por el temor a que una eventual detención de Puigdemont provocara la suspensión e impidiera sustanciar la votación. El líder socialista, Salvador Illa, ha protagonizado una de las intervenciones más breves que se acuerda en un candidato, 40 minutos, según se ha encargado de reprocharle el presidente del grupo de Junts, Albert Batet. El candidato ha replicado uno a uno a los diferentes grupos. Lo ha hecho, ha dicho cada vez, por respeto, pero también a una velocidad de vértigo.
Intervenciones
Aunque Illa ha empezado su intervención reclamando la aplicación de la amnistía, y a pesar del protagonismo que ha conseguido en el pleno la ausencia de Puigdemont y la persecución policial contra el independentismo, han sido las alianzas que han permitido al candidato socialista la investidura lo que ha centrado las diferentes intervenciones. El político socialista ha agradecido el apoyo de ERC y Comuns, que le han abierto la puerta al Palau de la Generalitat, pero este ha sido también uno de los puntos que han provocado a las críticas del resto de grupos.
Junts ha echado en cara en Illa su apoyo al 155 y ha pronosticado que Catalunya sufrirá una desnacionalización en todos los ámbitos; el presidente del grupo de ERC, Josep Maria Jové, ha advertido al líder del PSC que exigirá el cumplimiento del pacto de investidura, que ha conseguido prosperar en el medio una profunda división en la formación republicana, y no ha escondido "la desconfianza y distancia" que mantienen con el PSC; mientras que desde el PP, Alejandro Fernández, lo tildaba de mentiroso porque junto con el PSOE "han resucitado a Puigdemont" después de que se había comprometido a que no habría "ni amnistía ni nada de eso".
Suspensión del pleno
Al mediodía, el pleno se ha interrumpido para comer pero, antes de que se reanudara la sesión, a las tres y cuarto, Junts ha presentado una petición de suspensión del pleno con el argumento que se estaba tratando a Puigdemont como si fuera un terrorista, activando la operación Jaula para encarcelarlo, y porque se estaba deteniendo de manera ilegal alguno de los Mossos que lo habían acompañado. Junts ha pedido que el pleno no se reanudara hasta que se hubiera recuperado la situación de normalidad. La Mesa ha decidido no aceptar la suspensión, pero Junts ha pedido la reconsideración de esta decisión a raíz de las informaciones que apuntan a que los Mossos querían detener al secretario general de Junts, Jordi Turull. Eso ha provocado una nueva reunión de la Mesa y de la Junta de Portavoces. El pleno se ha reanudado cuando faltaban pocos minutos para las cinco de la tarde. En aquel momento, desde la tribuna de invitados seguían el debate el ministro Jordi Hereu y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni.
Era el turno de Vox, y el aviso de Ignacio Garriga que ha anunciado que denunciará a todos aquellos que han ayudado a Puigdemont a huir y ha expresado el deseo de que acabe en la prisión, dicho lo qual ha enfilado su discurso habitual. El discurso de Garriga ha dado pie a una advertencia del presidente del Parlament contra los discursos de odio, lo cual ha provocado que el responsable del PP, Alejandro Fernández, pidiera la palabra para decir también su parecer y un rifirafe con Rull que le ha retirado la palabra. También ha replicado a Rull el portavoz de Vox, Juan Garriga, que ha preguntado si el discurso independentista es un discurso de odio.
Jéssica Albiach, de los Comuns, ha defendido el acuerdo cerrado con el PSC para investir a Illa. De hecho, la de Albiach ha sido la intervención que más se ha centrado en el programa de gobierno. Como el resto de socios de investidura, en el turno de réplica, Illa ha tenido que garantizar su voluntad de cumplir el acuerdo. La cupaire Laia Estrada ha cargado contra el PSC y su candidato, a quien ha calificado de "palmero del Borbón" y de "virrey" del Gobierno, por lo cual ha tildado de aberración el voto a favor de ERC y los comuns; y ha pronosticado la muerte del procés|proceso, pero no de la lucha por la independencia desde las calles. Ha cerrado el debate a la líder de Alianza Catalana, Sílvia Orriols, que ha reprochado a ERC que "investir un españolista es inmoral, pero legítimo", pero que ni Junts ni la CUP les lapidarán porque "nadie está libre de pecado".
El diputado socialista Ferran Pedret se ha encargado de la intervención del PSC. Ha sido el único que ha tenido un recuerdo para el vicepresidente segundo, Davíd Pérez, que ha tenido que ser desalojado con una ambulancia a primera hora de la mañana por una indisposición. Pedret, que ha insistido en la voluntad de Illa de liderar la tercera gran transformación de Catalunya, ha citado en su discurso a Joan Reventós, Pere Navarro y Raimon Obiols, Marta Mata y Maria Aurèlia Capmany.
Los diputados ha votado desde su escaño por llamamiento. El diputado de Junts exiliado Lluís Puig ha delegado el voto en el presidente del grupo parlamentario. El president Carles Puigdemont no ha votat, quan s'ha dit el seu nom els diputats de Junts han aplaudit. Con la mayoría absoluta confirmada, Illa ha quedado investido president en primera vuelta. Al confirmarse el resultado, Illa ha agradecido de nuevo el apoyo a ERC y a los comuns. El pleno se ha cerrado con la interpretación de Els Segadors i un Visca Catalunya del presidente del Parlament.