El president Salvador Illa acudirá a Madrid el 12 de octubre para asistir al desfile militar que preside el rey Felipe VI con motivo de la celebración de la Hispanidad. Será la primera vez que un president de la Generalitat vuelve a participar en esta cita desde que Artur Mas declinó la invitación el 2011. El president José Montilla fue el último que acudió, y previamente solo Pasqual Maragall había participado en esta celebración.
A las puertas del debate de política general en el Parlament, el Govern evitó informar el martes sobre si Illa acudiría o no a la celebración de la Hispanidad a pesar de las numerosas cuestiones que se le plantearon al respeto a la portavoz, Sílvia Paneque, en la rueda de prensa posterior al Consell Executiu. No obstante, una vez se ha celebrado el debate y solo quedan pendientes las votaciones de las propuestas de resolución, ha avanzado a La Vanguardia y ha confirmado ElNacional.cat la decisión del president.
Vínculo con la Corona
Illa ha dejado clara desde el primer momento su voluntad de restablecer los vínculos con la Corona y "normalizar" las relaciones con el Estado después de años de tensión a raíz del procés independentistas. Cuando el pasado 18 de septiembre acudió al Palacio de la Zarzuela para la protocolaria reunión con el Rey después de la investidura, hacía nueve años que ningún president de la Generalitat se había presentado ante el monarca para cumplimentar esta cita.
El desfile militar de la Hispanidad va, sin embargo, más allá de una simple convocatoria del Rey. El president Jordi Pujol no asistió nunca al desfile. El primer president de la Generalitat que lo hizo fue Pasqual Maragall, que acudió en el 2004, cuando todavía no hacía un año que encabezaba el ejecutivo catalán. La presencia de Maragall en aquel acto provocó las críticas de sus socios de gobierno, ERC e ICV, así como los reproches de CiU. Sin embargo, el 2005 volvió.
El president José Montilla también acudió. Estuvo en la celebración el primer año en que ostentó el cargo de responsable del Govern, el 2007, y el último, en el 2010. La cita del 2010, apenas tres meses después de que se conociera la decisión del Tribunal Constitucional de recortar el Estatuto y después de la celebración de la multitudinaria marcha de protesta en Barcelona, dio pie a un nuevo avalancha de críticas de los socios y de la oposición nacionalista. Con la llegada de Artur Mas al Govern, el president de la Generalitat dejó de acudir al desfile militar ni a la recepción posterior. Tampoco fueron Carles Puigdemont, Quim Torra ni Pere Aragonès.
De hecho, después del 1-O y de la intervención del monarca avalando las cargas policiales, las relaciones entre el Govern y la Corona no hicieron más que empeorar hasta el punto que Felipe VI llegó a ser considerado persona non grata y el president dejó de acudir a los actos en que participaba en Catalunya. Con Pere Aragonès, el gobierno volvió a acudir las convocatorias más allá que Felipe VI estuviera o no, a pesar de intentar evitar los habituales besamanos lo cual dio pie a todo tipo de situaciones.