El pacto antifascista firmado en julio por PSC, Junts, ERC, comunes y la CUP está en el punto de mira después de que en el debate de política general, el partido de Carles Puigdemont se abstuviera en una propuesta de resolución presentada por Aliança Catalana en el debate de política general. En aquel documento uno de los puntos que se recogía era "no normalizar ni legitimar la acción política de las formaciones de extrema derecha", que incluye "evitar que prosperen sus iniciativas". Con la abstención de Junts y el voto en contra de todo el resto del arco parlamentaría aparte del sí de las dos diputadas de AC, la iniciativa quedaba lejos de prosperar pero el resto de firmantes denunciaron que se había vulnerado el pacto al no votar en contra de la propuesta de resolución. Después de una reunión este martes en el Parlament para tratar el nuevo escenario, ahora han pedido una reunión con el grupo parlamentario para resolver la cuestión.

"Es el deseo compartido de la Comisión que el pacto funcione y que siga contando con todas las fuerzas firmantes, pero eso supone aclarar los compromisos adquiridos y que estos se cumplan", afirman las entidades antifascistas, según recopilación la ACN, y por eso, han pedido una reunión a la dirección del grupo parlamentario de Junts para "aclarar" la situación.

¿Un cordón sanitario roto?

Horas antes del debate de política general se debatió en la Mesa si se tenía que votar o no la propuesta de resolución de Aliança Catalana sobre restituir la independencia de la DUI del 2017 e implementar la ley de transitoriedad. La mayoría independentista de Junts y ERC en este organismo tumbó las peticiones de PSC y Vox. Posteriormente, ERC votó en contra y Junts se abstuvo. Minutos después de que se acabara el pleno, ERC denunció en un comunicado que Junts se hubiera abstenido en un texto de Aliança Catalana y rompiera de esta manera "el pacto antifascista suscrito en campaña electoral y al inicio de la legislatura.

Las votaciones en el debate de política general abrieron un conflicto entre Junts y ERC. Los segundos llevaron a votación la defensa del referéndum de autodeterminación, que cayó en el Parlament por la pérdida de la mayoría independentista, igual que la propuesta de Junts donde, en ningún sitio de pedir una nueva consulta, quería que el Parlament constatara que ha habido hasta 24 votaciones sobre esta cuestión en los últimos años en la cámara catalana que han prosperado. Junts se abstuvo en la votación de la propuesta de ERC, según Laura Borràs porque "ponía en riesgo" el legado del 1-O, mientras que ERC votó a favor de la de Junts.

"No normalizar a la extrema derecha"

Aparte de evitar que prosperen las iniciativas de la extrema derecha en el Parlament, el documento del pacto también recoge otras medidas para no normalizarla. Entre estas hay no suscribir ninguna iniciativa parlamentaría conjunta con estas formaciones, evitar buscar su acuerdo para girar o hacer prosperar iniciativas, no convocarlos cuando se hagan encuentros de trabajos, o impedir desde la Mesa del Parlament y de las comisiones que los discursos de los diputados de la ultraderecha se criminalice a la inmigración.