El diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, ha tirado de hemeroteca para mofarse de las especulaciones sobre la posibilidad de que hubiera espías rusos en Catalunya en torno al 1-O.
Iñarritu se ha referido, concretamente, a la broma telefónica que hicieron ahora hace dos años dos humoristas de la emisora rusa Sputnik a la exministra de Defensa, Maria Dolores Cospedal, diciendo que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, era en realidad un agente secreto ruso, denominado Cipollino.
Con este mensaje en su cuenta de Twitter, Iñarritu quiere demostrar que las informaciones publicadas por el diario El País que explican que el mismo juez de la Audiencia Nacional que investiga los CDR y Tsunami Democràtic, también investiga espías rusos que habrían actuado en Catalunya, tiene un aroma de absurdidad.