Las entidades y los partidos independentistas han participado este 1 de octubre, tres años después de la jornada del referéndum de 2017, en una imagen unitaria convocada por Òmnium Cultural ante uno de los colegios electorales que sufrieron las cargas policiales, el Institut Pau Claris de Barcelona, situado justo al lado del TSJC. El acto, al cual se han adherido también los comunes, aunque no estaban presentes, no ha ido más allá de una fotografía y no ha contado con ninguna declaración unitaria.
El instituto Pau Claris es aquel donde se produjo la imagen de un agente propinando una violenta patada a votantes sentados en las escaleras del centro. Presidía la imagen Quim Torra, dos días después de ser inhabilitado como president, en una legislatura en que se han hecho evidentes las diferencias entre JxCat, ERC i la CUP sobre la estrategia a seguir.
En declaraciones posteriores, el vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, ha instado a que la unidad que demuestra la imagen tiene que servir para trabajar "por la amnistía, por la autodeterminación, por la necesaria respuesta y una propuesta de futuro que permita culminar el 1-O".
Mauri ha explicado que hoy es un día para conmemorar aquel ejercicio de "desobediencia civil" en que "la ciudadanía decidió empoderarse" y "el Estado decidió jugar todas sus cartas, con violencia y represión."
Ha recordado que a quien correspondería intervenir en el acto es al president de Òmnium, Jordi Cuixart, que está en prisión, y ha advertido que irán hasta el final para que la violencia del 1-O no quede impune.
También la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, ha alertado de que es "imprescindible y urgente" recuperar un proyecto colectivo por la independencia y que el compromiso de la ANC es hacer efectiva la declaración.
Diálogo i negociación
Las intervenciones de los partidos han hecho evidentes las diferencias estratégicas. La portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha asegurado que el 1-O el independentismo ganó y que "lo podrá volver a hacer y volver a vencer" porque la "represión no sirve para parar un movimiento tan amplio y transversal" y ha apostado por "resolver este conflicto, que es político, a través del diálogo y la negociación".
Para Toni Castellà, de Demòcrates, el 1-O "el Estado español fue a la quiebra", y el mandato surgido del referéndum "es muy claro". "Sólo cabe dar salida al mandato del 1-O, buscar una mayoría en el Parlament de Catalunya que levante la suspensión de la declaración de independencia e inicie un proceso de insumisión". "El independentismo ha de dar cumplimiento al mandato de la gente que, defendiendo las urnas con su cuerpo, votó el sí y ganó el sí".
La cuparie Natàlia Sànchez ha advertido que el 1-O no sólo se hizo sino que se demostró que se podía hacer, ha criticado la crisis institucional derivada de tres años de limitaciones y la respuesta de los partidos y ha llamado a parar la "deriva y desconcierto y recuperar fuerza, rumbo, iniciativa e ilusión del movimiento independentista".
Desde la Cambra se ha admitido que el 1-O fue un punto de inflexión que no ha triunfado como se esperaba, mientras en nombre de la Associació de Municipis per la Independència (AMI), Jordi Gaseni, ha asegurado que los municipios de la asociación están "siempre a punto para hacer lo que haga falta para culminar la República catalana".