Un año más y ya son doce desde el 2012, el independentismo está llamado a salir a la calle para celebrar la Diada nacional de Catalunya y reclamar la independencia del país. Este año, sin embargo, se trata de una Diada radicalmente diferente a la de los últimos años. Si bien hace tiempo que la unidad independentista se deshizo, con cada partido siguiendo su propio rumbo y sin grandes acuerdos de las tres formaciones en las instituciones, este 2024 será el primer año en que la manifestación del 11 de septiembre organizada por la Assemblea se celebrará con un Govern en contra de estas aspiraciones a la Generalitat y sin mayoría en el Parlament de Catalunya. Un escenario inédito, aunque durante los años en que fue president de la Generalitat, Artur Mas nunca asistió a estas manifestaciones a pesar de apoyarlas, y en 2022, Pere Aragonès tampoco hizo acto de presencia por diferencias con la dirección de la Asamblea.

🔴 Diada de Catalunya 2024, DIRECTO | Última hora de los actos y la manifestación del 11 de septiembre
 

Un movimiento por arreglar

Esta festividad pilla a los tres grandes partidos independentistas en medio de periodos de reflexión. Los de ERC y la CUP llegan después de resultados electorales muy malos para ambos partidos, que han visto reducida muy significativamente su representación en el Parlament, mientras que el caso de Junts es diferente. Después de un periodo más convulso en el 2021, que acabó con un pacto entre los dos sectores del partido, este año la formación se encuentra en una situación mejor que sus rivales independentistas, siendo segunda fuerza al Parlament y con la presidencia de la cámara (que consiguió después de un pacto precisamente con ERC y la CUP), aunque con menos poder municipal.

La CUP tiene que cerrar este otoño su proceso de refundación bautizado como Procés de Garbí que puso en marcha después de perder toda representación en el Congreso de los Diputados. El de Junts tendrá lugar a finales de octubre, coincidiendo con el séptimo aniversario de la DUI, y según su dirección tiene que servir para relanzar el independentismo y colocar el partido ante su nueva situación como principal partido de la oposición. También está por decidir qué papel tendrá Carles Puigdemont en la nueva etapa de la formación que creó él mismo en el exilio. El de Esquerra, que se da después de cuatro derrotas electorales consecutivas, es el más complejo de todos por la guerra abierta dentro del partido entre los diferentes sectores que se enfrentarán para liderarlo. El tándem Junqueras-Rovira ha pasado a la historia y de conseguir juntos la paz interna después de una época convulsa, el enfrentamiento ya es total.

Participación de los partidos en un escenario de desunión

Las tres formaciones ya han anunciado que asistirán a las manifestaciones de la Diada organizadas por la Assemblea Nacional de Catalunya, que este año será descentralizada, mientras que la CUP también organiza sus propias movilizaciones con el resto de la izquierda independentista. Marta Rovira, secretaria general de Esquerra, no participará en la primera Diada desde que pudo volver del exilio en julio, ya que estará en Suiza por motivos familiares, y la máxima representación de los republicanos en Barcelona serán su adjunta en la secretaria general Marta Vilalta y el vicesecretario general, Juli Fernández. A pesar de las críticas que ha lanzado desde la presidencia de la Assemblea Lluís Llach contra Esquerra, él mismo aseguraba en una entrevista en ElNacional.cat que todos los independentistas son convocados, voten lo que voten y piensen lo que piensen, si lo que quieren es manifestarse por la independencia del país. Eso incluye también en Aliança Catalana, el partido de ultraderecha de Sílvia Orriols que en las últimas elecciones obtuvo representación en el Parlament. Esta bienvenida de Llach choca con las peticiones de la CUP que ha reclamado al independentismo antifascista que cierre el paso a esta formación de las manifestaciones de la Diada.

Desde el 2017, aunque los partidos independentistas llegaban a acuerdos para formar gobierno o impulsar políticas en Catalunya, las divergencias entre las formaciones, especialmente entre Junts y ERC, a pesar de formar parte del mismo ejecutivo hasta septiembre del 2022, se han notado también en la manifestación de la Diada: el momento más evidente fue semanas antes de la ruptura, cuando el 11-S del 2022, todos los consellers que tenía Junts en el Govern hicieron acto de presencia en las calles de Barcelona, mientras que los de ERC, siguiendo los pasos de Pere Aragonès, se quedaron en casa.

¿Dos millones de independentistas?

Estas pelea partidistas son, según el mismo Llach, uno de los principales motivos que se esconden detrás de la bajada de la movilización independentista, no solo en la calle sino también en las urnas, tal como demuestran los resultados de las elecciones del pasado 12 de mayo. Respecto a las históricas elecciones del 2021 (todavía con los presos sin indultar y año y medio después de la publicación de la sentencia), donde el independentismo superó el 51% de los votos y consiguió mayoría absoluta en la cámara con 74 diputados entre ERC, Junts y la CUP; este año estos partidos y AC se quedaron con solo 61 parlamentarios. En total, la pérdida de votos respecto del 2021 de las candidaturas partidarias de una Catalunya independiente era de 96.000 votos, pero si lo comparamos con diciembre del 2017, con una participación de récord, la sacudida es de 716.000 votos menos a favor de la independencia. Y según defensa Llach, pero también anteriores dirigentes de la Assemblea como Carme Forcadell, los independentistas no lo han dejado de ser, simplemente se quedan en casa ante la deriva que han tomado los partidos desde el 1 de octubre.

En los últimos años, lo que marcaba el comienzo del curso político no era otra cosa que la manifestación del 11 de septiembre, una demostración de fuerza por parte del movimiento para mostrar al mundo que año tras año, los anhelos de independencia todavía estaban, aunque las cifras de participación se han ido reduciendo, como también lo hacían las papeletas en las urnas. Llach considera que es un error contar a los independentistas según la gente que irá a la Diada y fija la cifra en los dos millones de personas que votaron sí en el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre. Por eso mismo, consciente que el número de asistentes en estas movilizaciones es clave para la imagen del movimiento, la ANC y el resto de entidades y partidos se han pasado las últimas semanas intentando animar a la gente que años antes había llenado autobuses para venir desde cualquier punto del país a llenar las calles de la capital a volver a hacerlo.

Dos manifestaciones descentralizadas, dos contextos opuestos

Este año, como el 2016, la manifestación será descentralizada. Aquel año, con la mirada puesta sobre el referéndum de autodeterminación que todavía no tenía fecha, el lema era "A punt" y este de 2024 "Tornem als carrers", un nombre muy sintomático que recoge el momento de desmovilización del independentismo. Si aquel año las manifestaciones fueron en Berga, Lleida, Salt (dónde se manifestó el president Puigdemont junto con los consellers Dolors Bassa y Santi Vila) y Tarragona (con Forcadell, entonces la primera presidenta del Parlament a participar en una manifestación del 11-S) aparte de Barcelona. Este año serán en Girona, Lleida, Tarragona y Tortosa y en la capital catalana.

Poniendo el ejemplo de la capital catalana, hace ocho años el recorrido era de ocho kilómetros, entre la plaza de Jacint Verdaguer y la entrada en el parque de la Ciutadella por el paseo Lluís Companys y según datos de la Guardia Urbana se reunió medio millón de personas, entre las cuales Artur Mas y Ada Colau. Si lo comparamos con el 2023, en Barcelona, donde se hacía una única manifestación, la Guardia Urbana cifró en 115.000 los asistentes al acto, una cifra que según la ANC aumentaba hasta las 800.000.

Los actos del Govern

Aunque durante los inicios del procés cada año se generaba polémica por la ausencia de Mas en las manifestaciones de la Diada, con sus rivales políticos intentando sacar rédito, sería toda una sorpresa si el actual president de la Generalitat se presentara en el Arc de Triomf para reclamar la independencia. Salvador Illa ha heredado una Diada preparada por el anterior Govern de Aragonès. Aparte de su discurso, el president Illa participará de la ofrenda en el monumento de Rafael Casanova y también en el acto institucional esta noche en Montjuic, ante las cuatro columnas de Puig y Cadafalch. En rueda de prensa, la portavoz del ejecutivo socialista, Sílvia Paneque, ha hecho un llamamiento a la participación en la Diada que, ha dicho, "es tanto de los que se declaran independentistas como de los que no".