Cerca de 400.000 personas han vuelto a la calle para esta Diada convocados por la Assemblea, según ha indicado la misma entidad. Un año y medio después del estallido de la pandemia de la covid-19, el independentismo ha vuelto a llenar las calles de Barcelona en la que ha sido la concentración más multitudinaria desde el acto del Consell per la República en Perpinyà, celebrada antes de la crisis sanitaria. La Guàrdia Urbana ha rebajado la cifra a 108.000 asistentes.
En un ambiente festivo y reivindicativo en el cual el lema de consenso entre los manifestantes ha sido el de "independencia", la marcha ha bajado desde la Prefectura de la policía española -Urquinaona pronto ha quedado saturado- hasta la Estación de Francia, donde la Assemblea ha situado el escenario para los discursos.
En la cabecera no se ha dejado ver ningún político, ya que se han quedado en un segundo plano. Quien estaba, pues, llevando la pancarta era la presidenta de la entidad, Elisenda Paluzie, el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, la presidenta de la Cambra de Barcelona, Mònica Roca, el presidente de la Caixa de Solidaritat, Pep Cruanyes, y el cantautor Lluís Llach.
A la altura de la plaza del Ángel, la manifestación ha chocado con los convocados por Donec Perficiam, una plataforma fundada por siete exsecretarios de la ANC críticos con los vínculos de la entidad y los partidos. Los activistas han cantado lemas como 'Basta de traidores' y 'Fuera de colaboracionistas'. Al llegar al paseo de Isabel II, los escindidos de la ANC han esperado a la cabecera para reiterar su lema.
A ambos lados de la calle, centenares de personas con esteladas ya esperaban la marcha, que ha continuado hasta el final de la calle donde esperaba el escenario.
Por detrás, algunos manifestantes que estaban en la cola de la marcha se han quedado en la prefectura de la policía española y han tirado huevos y papel de WC.
Paluzie: "Presidente, haga la independencia"
Paluzie ha citado al famoso 'President, ponga las urnas' de Carme Forcadell para actualizarlo en un contundente 'President, haga la independencia'. De esta manera, la presidenta de la Assemblea ha exigido a las fuerzas independentistas que aprovechen la mayoría del 52%.
"No vendrán nunca concesiones del Estado porque las entiende como un síntoma de debilidad y lo aprovecha para debilitarnos", ha advertido. Paluzie, pues, ha pedido al Gobierno de Pere Aragonès que impulse "un proyecto propio basado en la autodeterminación". Todo, en las puertas de la mesa de diálogo, a la cual no se ha referido explícitamente.
El regreso de Cuixart
Cuixart, que hacía cuatro años que no asistía a la Diada por su encarcelamiento, ha sido fuertemente aplaudido durante su intervención y ha agradecido la resiliencia del movimiento ante la represión.
El presidente de Òmnium ha hecho un llamamiento a los políticos catalanes para que "estén a la altura" y ha advertido que "no permitiremos que malbaraten" la fuerza del movimiento. También ha lanzado una alerta al Estado: "¡Ni podemos ni queremos renunciar a los derechos civiles y políticos de Catalunya!".
Por último, ha reprobado la represión y ha aclarado que el único límite del independentismo "es la violencia", en un llamamiento a persistir. "Lo podemos volver a hacer porque tenemos un poder enorme. La lucha no violenta y la desobediencia civil son claves para transformar a la sociedad", ha reivindicado.
"Que se fastidien"
En los discursos en el escenario, el presidente de la Associació de Municipis per la Independència, Jordi Gaseni, ha celebrado el éxito de asistencia y ha lanzado un mensaje claro "a los que no querían que nos manifestáramos": "¡Que se fastidien!".
Gaseni ha hecho un llamamiento a seguir "hacia el objetivo que todos tenemos" y a dejar las pugnas internas del movimiento. También ha reivindicado la tarea de los municipios en las grandes jornadas del procés como el 1-O.
A las puertas de la mesa de diálogo
Con esta gran movilización, el independentismo ha vuelto a demostrar su fuerza en la calle, y lo ha hecho pocos días antes de que se reúna por segunda vez la mesa de diálogo, en la cual ambos socios del Govern, ERC y Junts, llegan con marcadas diferencias sobre la estrategia a seguir.
De hecho, en la misma víspera de la Diada, hubo un intercambio de reproches entre los principales dirigentes de las formaciones. Por una parte, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, desafió a Junts, a pesar de que sin mencionarlos, a explicar y concretar la vía alternativa en la mesa con el Estado. La presidenta del Parlament, Laura Borràs, respondió contundentemente que la alternativa es la unilateralidad.
La manifestación de este año, pues, ha podido recuperar la fuerza de las de otros años, cuando las pandemias sólo aparecían en películas y series históricas. El año pasado, sin embargo, la movilización de la ANC estuvo marcada por las restricciones sanitarias, y sólo se pudo hacer un acto estático en el cual participaron cerca de 60.000 personas.