El independentismo ha vuelto a salir a la calle este 11 de septiembre. Con mascarilla y distancia en medio del efecto de la quinta ola de la Covid; arrastrando el escepticismo ante una clase política a quien se ha reprochado que no responde -"president, haga la independencia!", ha reclamado la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie-; a las puertas de la mesa de diálogo con el Estado y mientras el Govern todavía está encajando el último revés del aeropuerto del Prat. El independentismo se sometía hoy a una nueva prueba de estrés y ha conseguido llenar las calles del centro de Barcelona: 400.000 personas, según los organizadores; 108.000, según la Guardia Urbana.
Las entidades organizadoras no han disimulado el alivio. "Lo habéis vuelto a hacer vosotros, cuando nadie lo creía", ha proclamado la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, después de que el presentador del acto, el periodiste Eduard Berraondo, había asegurado que esta era "la manifestación en la era Covid mayor de Europa". "Una vez más nos habían dicho que las calles estarían vacías. ¿Cómo quieren que perdamos si siempre estáis? ¿Si no desfallecéis nunca? ¡Nos habéis dado fuerza!", ha agradecido el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, que ha podido asistir a la Diada por primera vez desde su encarcelamiento en septiembre del 2017.
La ANC ha organizado este año la manifestación tras el lema, Luchamos y ganamos la independencia y los voluntarios de la entidad repartían carteles en que se proclamaba Hemos ganado. Exigimos la independencia, un mensaje dirigido al Estado, pero también a los partidos y al Govern. Los responsables de la ANC, juntos con Òmnium, la AMI, el Consell per la República, la Intersindical, la Cambra de Comerç o Debat Constituent, encabezaban la manifestación, mientras los políticos han quedado relegados a una segunda cabecera. De hecho, el president, Pere Aragonès, i el líder de ERC, Oriol Junqueras, han tenido que escuchar silbidos al sumarse a la manifestación.
Protestas
Durante el recorrido, que ha transcurrido por la Via Laietana desde la plaza Urquinaona, después de bajar por Passeig de Gràcia y Pau Claris, los asistentes han coreado los llamamientos habituales del independentismo, pero la irritación con los partidos sobrevolaba entre los concentrados. Nos habéis vendido traidores, denunciaba a un manifestante, mientras otros mostraban carteles de "vergüenza" o "donde está la república mentirosos?".
Con todo, la manifestación ha transcurrido de manera festiva. Hasta que la cabecera ha llegado a las puertas del parque de la Ciutadella, donde estaba instalado el escenario. Cuando el acto político se ha puesto en marcha pasaban de las seis y media, y delante del cuartel del CNP, en Via Laietana, empezaban las protestas más contundentes y los enfrentamientos con la policia.
"La independencia no se pide"
Durante los parlamentos, Paluzie ha advertido que la independencia es una cuestión de derechos pero también de hechos, que "no se pide, se ejerce", como se hizo el 1-O; que se gana gracias a la "lucha constante y persistente de la gente para desgastar el Estado", pero que, además, con la gente no es suficiente, y también hace falta liderazgo político e institucional.
A partir de aquí ha empezado el mensaje directo al Govern de Pere Aragonès. Paluzie ha recogido al president ponga las urnas que Carme Forcadell dedicó a Artur Mas en septiembre del 2014 y ha reclamado dirigiéndose en Aragonès "president, haga la independencia", lo cual ha provocado una oleada de asentimiento.
Estrategia unitaria
"Al Govern también le exigimos hechos, el primero de todo que deje de mirar permanentemente el Estado esperando concesiones que no vendrán nunca. Lo aprovechan para humillarnos", ha advertido. Ha reclamado al ejecutivo que no desperdicie el 52% de voto independentista conseguido en el Parlament y que vuelva a tener un proyecto propio centrado en autodeterminación para acabar lo que se empezó el 1-O". Paluzie ha aconsejado que haga la independencia si se quiere un aeropuerto con hub, política social o libertad e igualdad para todo el mundo.
Paluzie ha lanzado también los llamamientos a la unidad, ha recordado que el independentismo ha sido fuerte cuando "ha caminado junto" y ha mostrado el convencimiento de que la unidad estratégica es posible, por lo cual ha reclamado acabar con los reproches y desconfianzas entre los partidos. "Govern haced la independencia y nos tendréis al lado, nosotros persistiremos hasta ganar", ha asegurado.
Cuixart
Previamente también Cuixart ha subrayado la importancia de la lucha en la calle para conseguir avances sociales y ha advertido contra las divisiones del independentismo -"nos querrían fastidiados y disgustados entre nosotros mismos", ha alertado. Con todo, ha llamado a "seguir presionando a partidos e instituciones". "Los de allí pero también los de aquí para que estén a la altura del momento", ha subrayado.
A pesar de no hacer ninguna referencia a la mesa de diálogo, ha advertido que el Gobierno español no tiene "ningún proyecto para Catalunya" y le ha reprochado el incumplimiento de sus promesas, como la derogación de la ley mordaza, o la apelación a los problemas reales frente a las reivindicaciones independentista, cuando son "incapaces de defender los derechos de los más desfavorecidos". "Los que pretenden que renunciamos a luchar por autodeterminación ¿de cuáles promesas nos hablan?", ha reprochado.
Ante el malestar que se impone en sectores independentistas Cuixart ha apelado a transformar la "frustración" y a "no perder nunca, absolutamente nunca la esperanza". Ha proclamado que el Estado español no ha ganado y la lucha del independentismo continúa. Si la represión hoy continúa es por eso, porque el Estado sabe que lo podemos volver a hacer", ha remachado.
Una niña protege con una bandera los dibujos que ha hecho en el suelo diciendo, "No piséis los dibujos" a todo el que pasaba, Vía Laietana / Foto: Sergi Alcàzar.
"¡Que se se aguanten!"
El primero en intervenir en el acto político, que los concentrados han empezado con gritos de "1 de octubre ni olvido ni perdón", ha sido el presidente del AMI, Jordi Gaseni. Ha sido el primero en destacar el reto que para el independentismo era llenar las calles en una situación tan compleja "Impresionante, porque hay mucha gente. Es un mensaje hacia España y contra aquella gente que querían que no llenábamos. ¡Que se aguanten!", ha exclamado.
Gaseni, alcalde republicano de la Ametlla de Mar, también ha admitido los obstáculos provocados por el propio independentismo. "Si no son ellos somos nosotros mismos los que nos ponemos trabas. No podemos seguir como hasta ahora, nos tenemos que poder entender", ha advertido.
La tradicional manifestación en el centro de Barcelona ha cerrado la jornada de actos de la Diada que se ha desarrollado sin incidentes a lo largo de la mañana y que se ha abierto a primera hora con las ofrendas florales en el monumento Rafael Casanova. La Diada institucional se cierra esta noche con un acto organizado por el Govern delante las columnas de Puig y Cadafalch en Montjuïc.