La negociación para los presupuestos del Estado ya está en pleno rendimiento. En dos semanas, el Congreso de los Diputados debatirá las enmiendas a la totalidad que se presenten, que será la primera prueba de fuego. De momento, el Gobierno todavía no tiene los números garantizados. Especialmente por parte del independentismo, que ve unas cuentas insuficientes, pero también que no se producen avances en otros ámbitos clave, como la ley audiovisual. Por lo tanto, todavía todo está en el aire, incluso que puedan tramitarse. Los partidos catalanes elevarán el precio y reclamarán avances. Excepto el PDeCAT, ni ERC, ni Junts, ni la CUP han descartado justamente una enmienda a la totalidad.
Desde de ERC no quieren poner "líneas rojas", pero fuentes republicanas recuerdan que hay al menos dos puntos de partida: el blindaje del catalán en la ley audiovisual (como el año pasado con la ley Celáa) y el cumplimiento de aquellos acuerdos ya contraídos en el pasado, como el traspaso del ingreso mínimo vital a la Generalitat. En rueda de prensa este mismo martes, su portavoz, Gabriel Rufián, ha reiterado que de momento se encuentran en el no en las cuentas españolas y ha insistido en que las negociaciones las llevarán con "discreción" para que puedan llegar a buen puerto. Si bien ha defendido que hay "que "aislar" la mesa de diálogo de todo, incluyendo los presupuestos, también ha recordado que "todo influye", también el diálogo entre el Estado y la Generalitat. "Como se pueden imaginar, hay cosas que no ayudan", ha remachado.
Tampoco se ha movido de posición Junts per Catalunya, que insiste en que el independentismo entre en la negociación en bloque. La portavoz Míriam Nogueras ha denunciado las "tomaduras de pelo" del PSOE con las promesas que hizo durante su congreso en València, y se ha preguntado "hasta cuándo se tiene que apoyar a este Gobierno". Ha reiterado que ellos nunca se han excluido de ninguna negociación, sino que les han excluido "porque el catalanismo exigente no interesa a este gobierno". Fuentes de la formación admiten que ahora mismo lo ven complicado, aunque hay un hilo de comunicación directa entre la ministra María Jesús Montero y el conseller Jaume Giró.
Por su parte, la CUP ya anunció la semana pasada que no se sentarían a negociar con La Moncloa, porque no veían ningún tipo de recorrido, y en esta posición se mantienen. Este martes, desde el Congreso, la diputada Mireia Vehí ha denunciado que el Gobierno aparentemente "tiene un discurso muy progresista", haciendo referencia al congreso del PSOE en València, pero que "en la práctica hace una política de derechas". Y ha remachado: "No nos sentaremos con un gobierno que no quiere hablar de referéndum y amnistía, que no para de centralizar competencias". Y ha expresado "preocupación" porque otros sí se sienten.