La comparecencia de Margarita Robles ante la comisión de Defensa ha empezado accidentada. El presidente del órgano, del PP, ha intentado impedir que se hablara del espionaje con Pegasus, argumentando que no era el motivo de la cita. Pero finalmente el intento de censura ha sido en vano y ha tenido que ceder viendo que era el gran asunto político. El conjunto del independentismo ha cargado con todo contra la ministra de Defensa, contra el CNI y contra las cloacas del Estado que actúan contra ellos. Ha puesto voz a ello la diputada de ERC, Montse Bassa, que le ha reclamado que dimita o sea cesada: "Espiándonos demuestran que el Estado está en guerra fría contra Catalunya", ha lanzado.

La primera intervención de Margarita Robles no se ha referido directamente al escándalo de Pegasus, pero sí que ha dejado claro que está "particularmente orgullosa de los 3.000 hombres y mujeres" que trabajan en el CNI y ha reivindicado que "España es un país serio, con instituciones serias y fiables". En este sentido, y a pesar de haber sido espiada ella misma, la ministra de Defensa no se ha movido del argumentario de los últimas días y ha sostenido que "todos nuestros servidores públicos actúan de acuerdo con la legalidad" y que no puede aceptar "especulaciones, sin pruebas, imputando autorías conocidas o desconocidas".

 

En el turno de réplicas, la diputada de ERC, Montse Bassa, ha empezado con fuerza: "En una democracia plena usted tendría que dimitir o ser cesada. Por legitimar el espionaje, para culpabilizar a las víctimas, por despreciar con soberbia Citizen Lab y The New Yorker, por ser responsable por activa o por pasiva de estos espionajes". De hecho, Bassa ha pedido una "cascada de ceses y dimisiones" y ha criticado que, "en una democracia plena", la Fiscalía General del Estado ya lo estaría investigando de oficio. La dirigente republicana ha concluido con una pregunta: "¿Cuánto dinero y democracia les costará esta represión?".

En la misma línea, el diputado de Junts, Josep Pagès, ha denunciado que los hechos probados por Citizen Lab "son indicadores de vulneraciones de derechos enormes y masivas", y ha apuntado contra elementos de las propias cloacas del Estado, que en su momento combatió la misma Robles: "Nos extraña que ahora esté en el lado opuesto", ha señalado Pagès. El parlamentario ha recordado que Pegasus sólo puede ser comprado por Estados y para ser utilizado en tres supuestos. "¿La señora Nogueras era narcotraficante, terrorista o un peligro para la seguridad nacional?", ha preguntado. Y ha lanzado: "Ni usted ni nadie de este gobierno tiene ninguna credibilidad".

La diputada de la CUP, Mireia Vehí, ha denunciado la "posición confusa" del Gobierno, que empezó negando el espionaje para después reconocerlo y anunciar que ellos habían sido víctimas. "¿Hasta cuando aguantarán este espectáculo sin dar explicaciones públicas?", ha reprochado la portavoz parlamentaria, que ha recordado que se les ha espiado "por el mero hecho de ser independentistas".

No sólo el independentismo han disparado contra Robles. También desde el propio Gobierno. El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ha exigido "responsabilidades políticas al máximo nivel", cualquiera que sea la autoría, un país extranjero o "una célula descontrolada de los servicios secretos o fuerzas de seguridad del Estado". Se han sumado los partidos vascos. El portavoz de EH Bildu en la comisión, Jon Iñarritu, ha recordado el papel de Robles en el gobierno de Felipe González para desmantelar a los GAL: "Sabe que le tengo aprecio por la batalla que llevó en el pasado contra las cloacas. Me gustaría ver a la misma Margarita. De momento no la estamos viendo". Lo ha remachado el diputado del PNV, Joseba Andoni Agirretxea, que ha advertido que "lo que no se puede hacer es tapar lo que ya huele muy mal".

Comparecencia avivada

Antes de la comparecencia, el presidente de la comisión, José Antonio Bermúdez de Castro (PP), ha advertido en privado a los portavoces que no admitiría preguntas que no se ciñeran al orden del día, la "Brújula Estratégica de la Unión Europea". Y así se ha puesto de manifiesto en la primera réplica, justamente de Mireia Vehí, que ha sido cortada por Bermúdez de Castro en varias ocasiones. Esto ha hecho que la diputada cupera pasara a referirse como "la palabra prohibida". En el siguiente turno, Jon Iñarritu (EH Bildu) ha dejado claro que "la palabra prohibida" era "Pegasus". El criterio se ha ido flexibilizando durante el transcurso de las intervenciones.