De 2.079.340 votos a 1.224.689. Han pasado casi siete años desde las elecciones al Parlament de Catalunya en las que el independentismo obtuvo el máximo número de votos en unos comicios catalanes. Fue el 21 de diciembre del 2017 y, desde entonces, el movimiento encabezado por Junts, ERC y CUP han perdido más de 850.000. Además, el pasado 12 de mayo el independentismo perdió la mayoría parlamentaria que ha sostenido desde el año 2015 y fueron las primeras elecciones desde 1980 que el nacionalismo catalán no obtiene una mayoría absoluta en la cámara catalana. En los próximos meses, Junts, ERC y CUP afrontan el difícil reto de renovarse e impulsando congresos internos con el fin de reimpulsar el movimiento independentista, aunque los tres estén en situaciones muy diferentes.

Junts per Catalunya y Esquerra Republicana afrontan sus respectivos congresos entre octubre y noviembre, mientras que la CUP culminará su refundación en septiembre a través del llamado procés de Garbí. Los de Puigdemont buscan ser el faro del independentismo y aprovechar sus 35 diputados y la mejora, insuficiente, de los resultados electorales para hacer oposición al Govern en solitario del PSC encabezado por el president Salvador Illa. En cambio, los republicanos, divididos en dos, encaran la renovación de su ejecutiva, mientras que los anticapitalistas buscan cambiar de paradigma.

Junts per Catalunya: del papel de Puigdemont a "ampliar sensibilidades"

Junts per Catalunya celebrará su tercer congreso nacional a finales de octubre, tal como avanzó El Nacional.cat. Aunque estaba previsto para dentro de dos años, los de Puigdemont decidieron adelantarlo ante la situación del independentismo. Tal como explicó su secretario general, Jordi Turull, tiene que servir para "relanzar y recomponer el independentismo", pero también para "ampliar sensibilidades". De hecho, el dirigente de Junts subrayó que este congreso tiene que servir como una "apertura para construir una alternativa muy transversal desde el independentismo". Aquello que el diputado del partido e historiador Agustí Colomines denomina "frente patriótico", con una clara intención de convertirse en el Scottish National Party (SNP) catalán y aprovechando la bajada electoral de Esquerra Republicana. Precisamente, Turull ya subrayó que no se trata de un congreso por "recomponer el partido", tal como fue el del año 2021, cuando había una pugna entre el sector de Turull y el de Borrás que acabó con un acuerdo.

El consejo nacional de Junts se reunirá el próximo 3 de septiembre de forma virtual para validar el reglamento del congreso. Pero antes, la ejecutiva se tiene que reunir en los próximos días también para darle luz verde. De esta forma, se pondrá en marcha toda la maquinaria de un congreso que, según explica Efe, podría celebrarse en Calella y que acogería a un millar de congresistas. También se estudia celebrarlo en ciudades como Vic, Sant Cugat del Vallès o Martorell. Con todo, los de Junts tendrán que decidir el papel del president Puigdemont y si este, finalmente, alcanzará un rol orgánico dentro del partido o bien deja la política activa, tal como dijo en campaña. El exalcalde de Barcelona, Xavier Trias, pedía que Puigdemont asumiera la presidencia del partido, una situación que, en caso de que llegue, Laura Borràs ha dicho que le cedería el paso. También hará falta resolver la incógnita de quien ocupará la figura del jefe de la oposición al Parlament ante la situación de un Puigdemont que, a estas alturas, no puede pisar el Parlament de Catalunya.

Además, se da por hecho que habrá cambios en la dirección del partido, teniendo en cuenta que se tendrá que encontrar relevos a Cristina Casol o Jaume Alonso Cuevillas, mientras que se tendrá que ver el encaje y la participación en el congreso de partidos municipalistas como Impulsem Penedès o Impulsem Lleida, que cuentan con un buen puñado de alcaldes y concejales y que buscan una mirada más convergente del partido. En todo caso, la intención de Junts con este congreso es la de erigirse en faro del independentismo para mejorar sus resultados electorales de 35 diputados en el Parlament, 7 en el Congreso y la Diputació de Girona y Sant Cugat del Vallès como las instituciones más notorias donde gobiernan.

ERC, entre la pugna interna y el interrogante de la fecha del congreso

Tras encajar un batacazo electoral tras el otro entre mayo de 2023 y junio de 2024, ERC entró en un periodo de reflexión que se ha acabado convirtiendo en una pugna interna como hacía años que no se veían dentro de las filas republicanas. Concretamente trece. Los mismos que ha durado el tándem de Oriol Junqueras y Marta Rovira al frente del partido hasta que este se ha roto a raíz de las derrotas y dos puntos de vista distintos sobre como afrontarlas. Desde el 12 de mayo la tensión entre los partidarios que Junqueras siga dirigiendo el partido y los que se alinean con las tesis de Rovira que reclama una renovación de los liderazgos incluyendo el de Sant Vicenç dels Horts han sido constantes. Y, de momento, en el horizonte no se vislumbra ninguna tregua. 

Si el de Junts es su tercer congreso nacional, el de ERC, fijado, en principio, para el 30 de noviembre, será el trigésimo para un partido de más de 90 años de historia. Y el interrogante es ahora si finalmente la fecha fijada después de una larga y tensa ejecutiva de la cual también surgió el anuncio de la dimisión en diferido de Junqueras y la carta en que Rovira anunciaba que ella no se presentaría para revalidar el cargo, será la definitiva. Desde qué Salvador Illa fue investido con los votos de ERC (voces tanto junqueristas como roviristas se manifestaron a favor del pacto aunque el expresident no se posicionó) el entorno de Junqueras presiona para que el congreso del cual tiene que salir la nueva dirección se haga antes de lo previsto. Desde el 10 de junio, Junqueras ha ido recorriendo todo el país para reunirse con la militancia -tal como ya adelantó que haría- mientras que los nombres escogidos por los partidarios de la renovación son todavía una incógnita que se tiene que aclarar, si no hay novedades, antes de la Diada. En su caso, lamentan que ahora se ponga en duda el calendario después de que el mismo Junqueras formara parte de la reunión en que este se decidió.

Por el momento parece complicado que el deseo de Marta Rovira, que en su carta renunciando a continuar como secretaria general, apostaba por una transición tranquila se haga realidad. Con reproches en las redes sociales y en los medios de comunicación, la situación actual dista mucho de lo que pedía la de Vic en su primer discurso en la sede de ERC el día de su regreso a Catalunya: que la crisis (término que ha dejado bien claro que no le gusta nada) se convierta en un "debate político maduro".

La CUP y el procés de Garbí

En octubre del 2023 la CUP inició un proceso de refundación denominado 'Procés de Garbí' que tiene que acabar este septiembre con una Assemblea Nacional. Con las derrotas electorales de los últimos meses, habiendo perdido la representación al Congreso de los Diputados, con 4 diputados en el Parlament y sin representación en los ayuntamientos de Barcelona, Lleida y Tarragona, los anticapitalistas buscan coger impulso desde la izquierda independentista. En cambio, la gran noticia positiva del último ciclo electoral fue la alcaldía de Girona. 

El pasado junio el Grupo Motor del Procés de Garbí presentó la ponencia estratégica y organizativa, "Impulsar, articular, vencer". Esta se resume en los siguientes objetivos: construir una organización fuerte, grande y referencial, abrir un nuevo ciclo que relance el movimiento independentista aumentando el conflicto con el Estado y apostar por un discurso feminista y antirracista que haga frente a la extrema derecha. De hecho, la ponencia se ha ido presentando durante este verano a la militancia, que ha podido participar a través de enmiendas. 

La propuesta del Grupo Motor, explican, parte de la necesidad de situar una alternativa enfrente de la situación de crisis socioeconómica, ecológica y nacional. También subrayan la necesidad de superar a esta CUP basada en la dicotomía calle vs institución para impulsar una fuerza que se extienda en todos los ámbitos de la sociedad. Además, ponen la ruptura con el estado español y francés como puntos de partida y un programa social al servicio de la mayoría interpelando el trabajador catalán.