A su llegada al Congreso este miércoles, ningún ministro ha respondido a las preguntas de los periodistas. Todavía menos el presidente Pedro Sánchez. Pero en los pasillos de la cámara, ni siquiera se habla ya de los presupuestos, tumbados por el independentismo. Sólo se habla del final de etapa, y los mismos miembros del ejecutivo socialista especulan con las posibles fechas. La legislatura ha quedado tocada de muerte. "Pronto tendremos noticias", ha llegado a decir el ministro Ábalos. Al acabar el pleno, el presidente español se ha ido rápidamente hacia Moncloa.
Si bien se ha enfriado la posibilidad de que Sánchez comparezca este mismo miércoles para anunciar la convocatoria electoral, fuentes del ejecutivo sí que han reforzado la idea de que estos comicios anticipados podrían tener lugar el 28 de abril. Desde Moncloa no ven viable ni el 14 de abril ni el 'superdomingo' del 26 de mayo, cuando hay elecciones europeas, municipales y autonómicas.
A pesar de los intentos de última hora por parte de Pablo Iglesias, que ha mantenido conversas incluso con el president en el exilio Carles Puigdemont, el PSOE ya había lanzado la toalla este martes, al inicio del debate de la tramitación de los presupuestos. Y ante la negativa reiterada del gobierno Sánchez a aceptar dialogar sobre un referéndum, no ha habido ningún giro de guion: ERC y el PDeCAT --junto al PP y Cs-- han devuelto las cuentas públicas a la Moncloa.
Tampoco ha servido de nada el intento de última hora de los diputados valencianos de Compromís, que han propuesto que se pudieran votar las enmiendas a la totalidad por separado, y no conjuntamente. ERC y PDeCAT lo veían con buenos ojos, pero la Mesa del Congreso, controlada por el PP y Cs, ha tumbado la iniciativa. El PSOE también ha votado en contra, aunque podría haber salvado sus cuentas.
"Oportunidad perdida"
En su intervención este martes, el portavoz de ERC, Joan Tardà, lamentó que a pesar de la "mano tendida" del independentismo, en frente se han encontrado la puerta cerrada del Gobierno. "Les hemos votado la moción de censura y aprobado los reales decretos, y sólo les pedíamos que no se amedrentaran ante la derecha", aseguró Joan Tardà. Y añadió: "Es una oportunidad perdida, pero trabajaremos para que esta oportunidad perdida no sea definitiva".
Por su parte, a pesar de constatar las pocas posibilidades, el PDeCAT no lanzó la toalla hasta el último momento. Su diputado Ferran Bel reclamó al Gobierno un gesto de última hora que permitiera tramitar los presupuestos. Aunque el PSOE ya daba las cuentas públicas por perdidas, los demócratas les recordaron que "tienen tiempo para rectificar" y volver al diálogo previo a la manifestación de la derecha y la extrema derecha. Pero el movimiento no ha llegado.
En su réplica, la ministra de Hacienda María Jesús Montero insistió en dos puntos. El primero, que el Gobierno no puede aceptar un referéndum de autodeterminación. En varias ocasiones repitió que no pondrán el derecho a decidir "en ningún orden del día". En segundo lugar, Montero avisó de que sería un "error histórico" que ERC no apoyara estos presupuestos. "No se va a entender que un partido de izquierdas y republicano no los apoye", indicó.
"El diálogo tiene un límite"
Al acabar el debate en el Congreso, la ministra de Hacienda ha asegurado que la derrota parlamentaria es "la constatación de que la derecha intenta frenar el progreso social, que este país no avance y poner todo tipo de obstáculos para que la recuperación económica llegue a todo el mundo". Se ha comprometido a "seguir trabajando".
Con respecto a los partidos independentistas, Montero ha dicho que que desde el Gobierno siempre han tenido la "mano tendida", pero ha advertido que "este diálogo tiene un límite". En este sentido, ha insistido que "en ningún orden del día puede aparecer el derecho a la autodeterminación y se respeta la división de poderes".