El independentismo ha pactado una tregua este miércoles para esconder su fractura con motivo del juicio contra la anterior Mesa del Parlament. Y es que, a pesar de las evidentes discrepancias que golpean el espacio, y que podrían llegar a romper más bien que tarde la coalición en el Govern, los principales partidos y entidades del movimiento independentista se han concentrado delante del palacio del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya a partir de las 9.00 de la mañana para mostrar su apoyo a los miembros que se enfrentan al juicio, Roger Torrent, Adriana Delgado i Eusebi Campdepadrós. Josep Costa no ha acudido a la concentración previa ni ha entrado en el edificio con el resto de compañeros, pero sí que ha acabado asistiendo al juicio. Eso sí, lo ha hecho destacando la injusticia de la situación vistiéndose con una toga dentro del palacio con la intención de defenderse él mismo. Su presencia había estado en duda hasta el último momento, y finalmente no se ha tenido que suspender el juicio por su ausencia.
Entre el público se ha dejado ver la plana mayor de todos los partidos y entidades del independentismo, con Oriol Junqueras, Marta Vilalta y Carme Forcadell por parte de ERC; Laura Borràs, Mònica Sales y Albert Batet de Junts; Carles Riera y Dolors Sabater de la CUP; la presidenta del Assemblea Nacional Catalana, Dolors Feliu; y el presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich. Incluso se ha dejado ver a David Cid, de los comuns, así como los consellers de los dos partidos del Govern. Entre todos ellos ha habido una visible tensión, pero eso no ha evitado los saludos entre todos los presentes (algunas más efusivas que de otros). La unidad del independentismo enfrente de la represión del Estado, pues, no se ha roto tampoco hoy, a pesar de las diferencias.
La Fiscalía acusa los investigados de un delito de desobediencia al Tribunal Constitucional por haber mantenido el 29 de octubre y el 5 de noviembre del 2019 una resolución de los tres grupos independentistas que reafirmaba el derecho a la autodeterminación del pueblo de Catalunya y la "reprobación de la monarquía tantas veces como quieran los diputados". Para Torrent, Costa y Campdepadrós solicita que sean castigados a 20 meses de inhabilitación a cargo público y multa, y para Delgado, 16 meses de inhabilitación. La acusación particular, ejercida por Vox, pide el mismo castigo. Las defensas piden su absolución y quieren incidir en que las resoluciones de 2019 no tienen nada que ver con las aprobadas por la Mesa del Parlament de 2017, presidida por Carme Forcadell y también condenada: son resoluciones políticas frente a resoluciones ejecutivas, como fueron la aprobación de las leyes de desconexión, aunque nunca implementadas.
Declaraciones a la puerta del TSJC
En las puertas del TSJC, el expresidente del Parlament, Roger Torrent, ha cargado contra el juicio. "Solo faltaría que el Parlament no pudiera debatir aquello que quiere la ciudadanía", ha criticado, asegurando que la independencia y la monarquía son cuestiones que interesan a la ciudadanía. Así, ha explicado que en este juicio los investigados defenderán sus derechos fundamentales y denunciarán la represión del Estado. "El conflicto solo se puede resolver políticamente, no con togas ni tribunales". La republicana Adriana Delgado ha afirmado que el intento del Estado de "limitar y recortar la actividad parlamentaria es atacar la democracia y los derechos fundamentales", y que el juicio demuestra que la causa judicial contra el independentismo continúa. Y Eusebi Campdepadrós ha asegurado que se trata de una ofensiva "contra todo el pueblo". "Es un juicio gravísimo porque se pretende silenciar el Parlament", así como hacer que los diputados no puedan pronunciarse sobre aquello por lo que los ciudadanos los han votado.