En los últimos años, el independentismo se ha manifestado en múltiples formatos distintos. La movilización de este viernes no ha sido especialmente masiva, pero sí estoica, porque se ha hecho bajo una intensa lluvia un viernes por la noche. Ha sido el equivalente, en pequeño formato, a la marcha de Bruselas en diciembre de 2017, justo después del 155, un mar de paraguas y de capuchas. Eso sí, con mucho menos frío.

El motivo de la concentración, protestar contra el veto de la Junta Electoral Central a Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí, a quienes ha prohibido que puedan presentarse a las elecciones europeas. Centenares de personas han llenado el cruce de las calles Mallorca con Roger de Llúria de Barcelona, ante la delegación del Gobierno en Catalunya.

El grito más repetido: "Puigdemont, nuestro president". Durante la concentración, se ha leído un manifiesto para denunciar que, con esta decisión, no sólo se priva a los exiliados de derechos fundamentales sino que también se impide a los electores votar libremente.

Le han puesto voz representantes de las principales organizaciones convocantes: Òmnium, la ANC, JxCat, ERC, la CUP y los Comunes. Entre las críticas, que "la JEC se ha convertido en el nuevo juguete del Estado para intentar desactivar a sus adversarios políticos" a través del "juego sucio, arbitrario y antidemocrático".

Desde el escenario se ha enumerado también la "lista larga de ataques del Estado español". "No nos viene de nuevo", han lamentado, recordando desde el intento de entrar a la sede de la CUP sin orden judicial al bloqueo de las investiduras de Puigdemont, Turull y Sànchez, pasando por el encarcelamiento de artistas, el confinamiento de activistas, la prisión preventiva de los líderes independentistas o las condenas a los jóvenes de Alsasu o los nuevos encausados por el procés en el juzgado de instrucción número 13.

El acto ha sido corto, las condiciones climatológicas no invitaban a alargarse. Ha concluido exigiendo "al Estado Español que rectifique y acepte a los candidatos que ha censurado, que todavía está a tiempo de evitar el ridículo internacional y no alejarse todavía más de los estándares democráticos europeos". Y advirtiendo que "la vulneración de derechos no quedará impune".

Poco rato antes de la concentración, que llevaba por lema "Por los derechos civiles y políticos: Basta de manipulación electoral", se ha conocido que la fiscalía se opone a la decisión de la JEC de apartar a Puigdemont, Comín y Ponsatí. Un gato viejo del mundo jurídico, independentista y recién escogido diputado en el Congreso prefería, en privado, no lanzar coetes antes de tiempo, recordando que en su día, la Fiscalía también se mostró favorable a excarcelar a Quim Forn por razones humanitarias.

Por cierto, entre las proclamas hoy, también, gritos a favor de la unidad.