Acción conjunta. Los partidos independentistas y soberanistas de Catalunya, el País Vasco, Galicia, el País Valencià y las Baleares vuelven a intentar extender y garantizar el uso de las lenguas oficiales en el Senado. Con el objetivo de permitir la “utilización plena y normalizada” del catalán, el vasco, el gallego y el occitano (aranés en la Vall d’Aran), Junts, ERC, Bildu, el PNV, el BNG, Compromís, Geroa Bai e Eivissa i Formentera al Senat (una coalición formada por el PSOE, Sumar, Izquierda Unida y Ara Eivissa) han registrado una propuesta de Reforma del Reglamento de la Cámara Alta alternativa a la que impulsó el PP hace un par de semanas. La voluntad de todos los partidos es “corregir la grave vulneración de derechos” que supone la prohibición del uso del catalán, el vasco y el gallego en el Senado; conseguir el “normal y pleno cumplimiento de los representantes públicos en la cámara de representación territorial”, y promover la “riqueza derivada de la pluralidad lingüística, así como el derecho de la ciudadanía a ser atendida en la lengua oficial que escoja”. De esta forma, el Senado quiere seguir los pasos del Congreso, donde se utilizan plenamente las lenguas cooficiales desde septiembre de 2023.

 

 

El resumen de la propuesta es que se quiere permitir utilizar el catalán, el vasco y el gallego en “todas las intervenciones de las actividades parlamentarias” del Senado, sea en el pleno o en las comisiones y cualesquiera otras actividades parlamentarias de los órganos funcionales, incluyendo los órganos rectores y en los actos y actividades de representación oficial. A partir de aquí, el texto, que se ha registrado en catalán, vasco, gallego y castellano, desarrolla y amplía la línea de actuación principal. Asimismo, contempla que el texto de las proposiciones de ley impulsadas por los senadores o las preguntas que formulen al Gobierno también podrán presentarse en catalán, vasco o gallego. En el caso de las preguntas por escrito, la Moncloa “tendrá que remitir la respuesta correspondiente en la lengua en la que se hayan formulado”.

El Diario de Sesiones y el Boletín Oficial de las Cortes Generales, también en catalán, vasco y gallego

Por otra parte, la reforma del Reglamento del Senado también pretende que la reproducción de las “intervenciones y acuerdos de las sesiones del pleno, de la Diputación Permanente y de las comisiones, cuando aprueben definitivamente leyes o celebren sesiones informativas con miembros del Gobierno” será en la lengua en la cual se haya producido la intervención y acuerdo, “sin perjuicio de la inclusión de su traducción posterior en el texto en la lengua castellana”. Además, el Boletín Oficial de las Cortes Generales “respetará la lengua en la que se hayan iniciado los trabajos [de una iniciativa], sin perjuicio de la traducción posterior en el texto a la lengua castellana”. Eso incluye todas las iniciativas que se tramiten en el Senado, como los proyectos y proposiciones de ley, las enmiendas, los informes de ponencias, los dictámenes de las comisiones y votos particulares y los mensajes motivados que tienen que acompañar los textos remitidos al Congreso con las enmiendas aprobadas por el Senado. Finalmente, los senadores “podrán solicitar el conocimiento de las actas y documentos de los diferentes órganos de la cámara en cualquiera de las lenguas que tengan carácter de oficiales”.

Las dotaciones presupuestarias “correspondientes”

El texto registrado incluye una nueva disposición adicional que estipula que la Mesa del Senado “adoptará todos los acuerdos que sean necesarios, incluidas las dotaciones presupuestarias correspondientes” para “impulsar activamente el normal uso y la presencia de cualquiera de las lenguas que tengan el carácter de oficiales en alguna comunidad autónoma”, también en “todos aquellos ámbitos relacionados con el régimen y organización interna del Senado”. Es decir, que también se tendrá que utilizar el catalán, vasco y gallego en “comunicaciones internas y externas, contenidos en la página web y redes sociales, paneles informativos, papelería, cartelera, rotulación y señalización”.

Dos intentos en 2024 impulsados por Junts y ERC que el PP hizo descarrilar

No será la primera vez esta legislatura que el Senado aborda una petición para ampliar el uso de las lenguas cooficiales. Y los dos precedentes se tropezaron con la negativa frontal del PP. El primer debate fue en febrero del año pasado a instancias de Junts. Josep Lluís Cleries denunció que en el Senado “se está imponiendo una lengua igual que en el franquismo”, una expresión que recibió la reprimenda del presidente de la Cámara Alta, Pedro Rollán, que le replicó que la “etapa negra de la dictadura” se ha superado. El senador juntaire argumentó la necesidad de introducir un “tratamiento igualitario y de dignidad hacia todas las lenguas” y consideró que el hecho de que el PP no defienda el plurilingüismo es una “prueba evidente que realmente no creen en la realidad del Estado español”. “Le llaman territorial, pero los territorios no se pueden expresar en su lengua”, remachó.

Siete meses más tarde, fueron ERC y Bildu los que lo promovieron. Y tuvieron la misma suerte. Sara Bailac, que fue interrumpida por Pedro Rollán cuando empezó su discurso en catalán, defendió que el uso del catalán, el vasco y el gallego es la “expresión” de su “realidad nacional y cultural”, cosa que el Senado “sigue negando”. “Es despreciar una parte fundamental de nuestra identidad”, lamentó. “El veto al catalán en el Senado solo responde a su fobia a la diversidad y a su desprecio a la realidad plurilingüe del Estado”, lanzó a la senadora republicana Bailac al PP. Y denunció los palos en las ruedas que históricamente ha puesto el PSOE: “Cuando hubo mayorías progresistas en esta cámara, el PSOE no quiso avanzar en el pleno uso de las lenguas. […] Es un texto que viene de legislaturas anteriores, en las que chocó con la falta de voluntad del Partido Socialista”.

📝 El PP cierra la puerta a ampliar el uso del catalán a toda la actividad del Senado a propuesta de Junts

📝 El PP tumba una propuesta de ERC para garantizar el uso “lleno y normalizado” del catalán en el Senado

 

La reforma del Reglamento del Senado promovida por el PP que se está tramitando

La propuesta de los partidos independentistas y soberanistas es la respuesta a una iniciativa registrada por el PP que se está tramitando en el Senado. Es una reforma de gran calado del Reglamento de la Cámara Alta. Una de las principales novedades es la eliminación de la modificación con la que el PP dilató la tramitación de la amnistía para volver a fijar en veinte días el plazo para tramitar las proposiciones de ley remitidas por el Congreso que tengan el carácter urgente. De hecho, es un cambio que el Tribunal Constitucional anuló hace un mes. Otra novedad sustancial es la obligación de que el presidente del Gobierno participe en la sesión de control una vez al mes (Sánchez hace un año que no se somete al control del Senado).

Más cosas (pensadas para mantenerse como polo de oposición a la Moncloa). La Mesa podrá encargar a otros órganos del Estado (como el Consejo Fiscal) informes consultivos sobre los proyectos y proposiciones de ley remitidos por el Congreso. Hace un año, el fiscal general del Estado impidió que el Consejo Fiscal se pronunciara sobre la amnistía (a pesar de que los fiscales conservadores se sublevaron y elaboraron su propio informe). Además, cuando la tramitación de una ley impulsada por el Senado “se demore de forma injustificada” en el Congreso, un grupo parlamentario o 25 senadores podrán “proponer al pleno el planteamiento de un conflicto de atribuciones” en el Tribunal Constitucional. Y tres pequeños cambios más: se fijan cuarenta minutos como tiempo máximo para la primera intervención de los ministros cuando comparezcan, se prohíbe explícitamente citar a jueces y magistrados en las comisiones de investigación por “hechos relacionados con su actividad jurisdiccional” y se introduce la obligación de que algún ministro comparezca dos veces al año (durante el primer mes hábil de cada periodo de sesiones) para “dar cuenta” del informe de cumplimiento de las mociones aprobadas por el Senado.