Después de que hoy se supiera, a través de La Vanguardia, que el Centro Nacional de Inteligencia pinchó los teléfonos móviles de algunos concejales independentistas durante el proceso de negociación entre ERC y Barcelona en Común, las reacciones han sido inmediatas. El cabeza de lista de los republicanos en el consistorio de la capital catalana, Ernest Maragall, ha declarado que la alcaldesa Ada Colau "tenía conocimiento" de esta "operación de Estado". Enseguida, el teniente de alcaldía de Barcelona Jordi Martí, de los Comunes, ha contestado a Maragall y le ha exigido una "rectificación inmediata". La indignación se ha extendido por la formación de Colau, tanto ha sido así que Martí ha declarado y ha tuiteado que las palabras de Maragall representan una "calumnia inaceptable". Además, ha querido argumentar sobre el escándalo: "Ya sabe ERC que los comunes hemos estado siempre en contra de cualquier tipo de espionaje político y hemos exigido transparencia y asunción de responsabilidades".
En declaraciones a los medios, Martí ha añadido que las declaraciones de Maragall son una "barbaridad y una calumnia que no tiene ni cabe ni pies". "Este electoralismo sólo lo puedo atribuir en los nervios, me parece vergonzoso y exigimos una aclaración y una rectificación", ha insistido. El teniente de alcaldía ha avisado de que no hacen falta un matiz, sino "una rectificación contundente y clara", y ha pedido a ERC que "una vez más" obligue a Maragll a hacer marcha atrás si él no quiere. Según Martí, que Maragall no fuera finalmente alcalde sólo se puede atribuir a sus propios "errores políticos de aquel momento". "No hay nada que pueda permitir insinuar que la actuación del espionaje modificara la elección de la alcaldesa Colau", ha remachado.
Maragall ha declarado esta mañana sobre el nuevo caso de espionaje: "Se trata de unas elecciones intervenidas. Es una operación de estado, que añade sus propios instrumentos para impedir que un partido como ERC gobierne una ciudad como Barcelona". Ante esta nueva vulneración democrática, Maragall se ha preguntado "dónde quedan los ciudadanos en todo eso"?. Y ha añadido que "aquí hay razones de estado, servicios de inteligencia, hay jueces...". Además, Maragall ha dicho que las conversaciones de BComú con el partido de Manuel Valls estaban "preparadas y premeditadas" y que "evidentemente, con conocimiento de la señora Colau".
Sobre este nuevo escándalo de espionaje, ha afirmado que "ahora ya no podemos hablar por sorpresa, pero podemos hablar de afectación democrática profunda. Ahora ya tenemos todo el panorama entero. Eso ya nos tendría que inquietar en todos. Además de tener el Catalan Gate, ahora tenemos el Barcelona Gate". En este sentido, se ha referido a los partidos que gobiernan el Ayuntamiento de Barcelona: "Los partidos que gobiernan se tienen que preguntar cómo se ha llegado hasta aquí. Cada uno jugaba su papel. El señor Manuel Valls, también. Le hicieron un encargo, aguantó unos meses y se marchó". Y ha lanzado que el BarcelonaGate coloca en una grave situación de duda a la señora Ada Colau y al señor Jaume Collboni.