Portugal se ha indignado por una montería que han protagonizado cazadores españoles y que ha costado la vida ni más ni menos que a 540 ciervos y jabalíes, con un resultado que se ha visto como una carnicería.
Según informa la prensa portuguesa, la montería tuvo lugar el jueves y el viernes pasados en una finca del municipio lusitano de Azambuja -a unos 40 kilómetros de Lisboa - y participaron en ella 16 cazadores españoles.
Los cazadores habrían pagado entre 7.000 y 8.000 euros por la cacería, organizada por una empresa española, según la prensa portuguesa.
Coincidiendo con el escándalo, el gobierno portugués ha abierto una investigación y ha suspendido la licencia de caza en esta zona del país.
La polémica cacería ha trascendido porque algunos de los participantes colgaron en las redes sociales fotografías, y calificaban de "récord" el número de animales abatidos. Los cazadores forman parte del club Monteros de la Cabra de Badajoz, según El Mundo.
El ministro de Ambiente y Acción Climática portugués, Joao Pedro Matos Fernández, ha calificado los hechos de acto "vil e inaceptable" y se ha mostrado convencido de que han cometido un "delito ambiental", de manera que enviará una queja a la Fiscalía para que se investigue la existencia de delito "contra la preservación de la fauna" en los propietarios, los organizadores y los cazadores.
El teniente de alcalde de la localidad de Azambuja, el socialista Silvino Lúcio, ha denunciado que la finca donde se realizó la cacería estaba acotada y, a consecuencia de eso, "los animales no tenían donde huir".
El Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques de Portugal no tenía constancia de esta montería, según explican en un comunicado. "Fingir que este abatimiento masivo es para mantener el equilibrio ecológico y cinegético es un insulto", comenta Nelson Peralta, un diputado del gobierno de Portugal.
En Portugal, además, se subraya que en la finca de la cacería hay el proyecto de construir una central fotovoltaica.