La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha vuelto este viernes al Parlament de Catalunya y lo ha hecho para celebrar la suspensión de la presidenta Laura Borràs y para cargar contra los últimos presidentes que ha tenido la cámara catalana, desde Carme Forcadell a Roger Torrent y Laura Borràs, a los cuales ha tildado de "delincuentes" por sus causas con la justicia. El partido naranja ha pedido desde el atril que se proclame un nuevo presidente de la cámara que tenga dos condiciones: "Que sea presidente de todos y no de liderar el procés, y que no sea un delincuente".
Así lo ha dicho después de reunirse con representantes municipales de Ciutadans, en pleno declive de los naranjas en el estado español pero también en Catalunya, donde pasaron de 36 en 6 diputados en las últimas elecciones en el Parlament. Arrimadas ha atribuido al partido naranja haber conseguido la suspensión de Laura Borràs, y es que Ciutadans denunció a la presidenta por su gestión en la Institució de les Lletras Catalanes, en el cual está procesada por los delitos de prevaricación y falsedad documental: "Borràs ha sido obligada a dejar su cargo. Ha habido que arrancarla de la silla porque no ha tenido la decencia de luchar por la dignidad de la institución", ha dicho la líder de los liberales.
"Eso parte de una denuncia de Ciutadans. Porque Ciutadans sigue siendo líder en la oposición al nacionalismo", ha seguido la presidenta del partido, que también se ha colgado la medalla de haber conseguido la inhabilitación del expresidente de la Generalitat, Quim Torra: "Lucharemos cada día de todas todas para que se frene los pies al separatismo. Siempre implacables contra el separatismo que está asfixiando los constitucionalistas".
Efectivamente Ciutadans está sufriendo una asfixia. Las últimas elecciones autonómicas como las de Castilla y León o Andalucía han dejado fuera de los liberales de estos espacios, y su presencia en el Congreso de los Diputados es muy poco notoria. Por todo eso el partido naranja está planificando un proceso de refundación que no afectará, sin embargo, Catalunya, y es que los de Inés Arrimadas consideran que la marca aquí es fuerte y que no hay que cambiar nada.