El alcalde de Lleida, Miquel Pueyo (ERC), no ha superado la moción de confianza vinculada a la aprobación de los presupuestos 2022 y ahora se abre un plazo de un mes a fin de que los grupos a la oposición encuentren a un candidato alternativo para sustituirlo. Si eso no pasa y no se llega a este consenso, los presupuestos se aprobarán automáticamente y las cuentas para el año que viene también.
Pueyo sólo ha recibido el apoyo de 12 votos que corresponden a los concejales de su partido, ERC y los de su socio de gobierno, Junts. Se han abstenido los comunes y votado en contra todo el resto. Pueyo ha alertado de la "temeridad" que supone bloquear las cuentas y también se ha mostrado dispuesto a negociar con los vecinos un Plan de usos sobre el futuro albergue para temporeros de Pardinyes.
Durante su intervención el alcalde de Lleida ha reivindicado que desde que tomó posesión del cargo asumió el compromiso de gobernar para todo el mundo, un compromiso que asegura que queda intacto. Asimismo, ha destacado que han trabajado en condiciones difíciles desde cada concejalía y desde cada barrio, y que no lo dejarán de hacer las 24 horas los 365 días de cada año: "Estamos preparados".
La moción de confianza a Pueyo se ha producido después de que en el último pleno de Lleida se rechazara en sesión extraordinaria el proyecto de presupuestos para el año 2022 presentado por gobierno municipal, con 13 votos en contra -del PSC, PP y consellers no adscritos-, los 12 a favor del gobierno y la abstención de los comunes, una abstención que se produjo después de que el Govern llegara a un acuerdo con ellos.
Pueyo fue investido alcalde el pasado 15 de junio de 2019 por mayoría absoluta con el apoyo de los consellers de su partido, de Junts y del Comú de Lleida, convirtiéndose en el primer alcalde independentista de la historia de la ciudad, que en las últimas cuatro décadas ha tenido al frente líderes socialistas.
Se acaban así 40 años de gobiernos del PSC en el Ayuntamiento de la capital del Segrià y Pueyo, durante su discurso de investidura, proclamó que tenía el objetivo de gobernar desde la ''centralidad'' pero por la defensa de los ''derechos y las libertades''.
Durante el pleno de investidura El Comú no aclaró si entraría en el Govern: señaló que tanto si su grupo está en el gobierno municipal como si no, colaborarían y empujarían para hacer posible un "cambio honesto y valiente" en la ciudad.