La democracia, cada vez más degradada en España. Así lo pone de relieve la última actualización del índice de Varieties of Democracy (V-Dem): los niveles de calidad democrática retroceden casi al nivel más bajo desde el inicio del periodo constitucional. El peor registro es del año 2017. El profesor de la UOC Jordi Mas explica que, según el índice de democracia que se mire —dado que V-Dem parte de un enfoque multidimensional y distingue entre cinco tipos de democracia—, España "cae entre cuatro y 12 posiciones" en la clasificación mundial. Concretamente, el Estado se desplomaría y estaría entre la posición 18 y 23. Estos datos se complementan y se suman al ranking anual de The Economist, que situaba recientemente al país español en la categoría de democracia defectuosa.
Las cinco concepciones democráticas que mide este índice son la democracia deliberativa, la democracia igualitaria, la democracia liberal, la democracia participativa y la democracia electoral. En todas estas tipologías, España presenta un importante retroceso en relación con la valoración que tenían en el 2020. De hecho, esta bajada es equiparable a los indicadores de calidad democrática que tenía el Estado en el 2017, cuando el índice V-Dem reflejaba que se habían alcanzado los niveles más bajos desde la Transición. Aquel año coincide con la celebración del referéndum de autodeterminación en Catalunya y la respuesta represiva del Estado, la aplicación del artículo 155 o el encarcelamiento y exilio de los líderes independentistas.
La situación democrática en España es, pues, la siguiente: la peor clasificación del país es en el nivel de democracia participativa, dado que España está en la posición 23. El año 2020, en cambio, el Estado estaba clasificado en la undécima posición. En términos de democracia deliberativa, el país español figura en la 22.ª posición, cuando el 2020 eran decimoquintos. Tanto en democracia electoral como en democracia igualitaria España clasifica en 19.º lugar, lejos del octavo que ocupaban el ejercicio anterior en materia de democracia electoral y del noveno en el caso de la democracia igualitaria. Por otra parte, la mejor clasificación es en la tipología referente a la democracia liberal: 18.ª posición. En el 2020, España era el 14.º país que tenía una mejor democracia liberal.
Los indicadores que más se desploman
El experto Jordi Mas separa en cuatro aspectos los indicadores que más bajan: destacan, por una parte, "la censura a los medios de comunicación o autocensura a la hora de hablar de varios temas", que baja del 2,32 al 1,60, y "el nivel de criticismo con el Gobierno", que cae del 2,78 al 1,68. En segundo lugar, hay una bajada sustancial en el "respeto a la Constitución por parte del poder ejecutivo" —de 2,26 a 1,56—. Seguidamente, Mas hace referencia al factor que tiene que ver con la "capacidad de la Junta Electoral con conducir elecciones limpias", que retrocede de 2,98 a 2,52. En último término, se fija en el indicador que hace alusión a la manera en la cual el poder está distribuido entre los diferentes grupos sociales de la sociedad, que pasa del 2,63 de 2020 al 1,86 actual.
Más allá de las fronteras españolas, el profesor Jordi Mas alerta del "retroceso" de la democracia por todo el mundo y que, especialmente, "se ha acentuado en los últimos dos años". "La democracia en el mundo alcanzó su pico en el 2012" y señala que el descenso es más pronunciado en el continente europeo y en América del Sur y del Norte. En comparación con el 2020, los países donde más han bajado los indicadores democráticos son, según el índice de V-Dem, Myanmar, Afganistán y Túnez. A escala europea, destaca Eslovenia y, en América, El Salvador y Guatemala. Si ampliamos el periodo y retrocedemos hasta el 2012, la bajada más sustancial la sufren Polonia, Hungría y el Brasil.
El estudio de 'The Economist'
La última publicación de la revista The Economist sobre la calidad de las democracias en el mundo ya manifestaba este augurio, y es que la puntuación obtenida por España relegaba la democracia del país de "plena" a "defectuosa" al situarse por debajo de los 8 puntos sobre 10. En paralelo, el Estado ha reculado de la 22.ª posición a la 24.ª. Entre los motivos que detallaban los analistas por este cambio de categoría, está el bloqueo a la renovación del Consejo General del Poder Judicial, con un mandato caducado desde hace más de tres años.