Íñigo Errejón niega que agrediera sexualmente a Elisa Mouliaá. El exportavoz de Sumar en el Congreso ha declarado hoy ante el juez que investiga los hechos que denunció la actriz hace tres meses (después de que él abandonara la política en medio de acusaciones de violencia machista): ha afirmado que todo lo que pasó fue con consentimiento, ha asegurado que ella no estaba borracha y ha insistido que la denuncia es falsa. “No ha negado ninguno de los hechos y ha dado su propia versión que todo era consentido”, aseguran fuentes jurídicas consultadas por ElNacional.cat. El exdiputado ha afirmado que los asistentes en la fiesta en la que tuvieron lugar parte de los hechos denunciados lo vieron todo y ha sostenido que, cuando los dos entraron en una habitación, ella habría podido salir en cualquier momento. “Fue un tanteo”, ha añadido. Sobre el episodio en el ascensor, momento en el que Mouliaá denunció que él la cogió “fuertemente de la cintura y la empezó a besar, introduciendo su lengua en el interior de la boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta, invadiendo su espacio y haciendo que se sintiera muy intimidada”, Errejón ha replicado que era un “flirteo” y que fue “mutuo”. “Por fin he podido explicarme, salgo contento y con mucha tranquilidad. Todo lo que tenía que decir lo he dicho dentro y se lo he explicado al juez, que es donde corresponde”, se ha limitado a decir al salir del juzgado delante de los periodistas. “Es un día esperado por mí. Vengo con plena confianza en la actuación de la justicia y vengo a defender mi inocencia”, había afirmado antes de entrar en los juzgados.

📝 Íñigo Errejón reaparece ante el juez para responder sobre la agresión sexual a la actriz Elisa Mouliaá

 

Ha sido muy duro revivirlo todo de nuevo, pero he contado la verdad y la verdad es que confío muchísimo en la justicia, estoy más tranquila”, ha afirmado Elisa Mouliaá a la salida de los juzgados. Delante del juez, durante una hora y media, ha ratificado y ha ampliado la denuncia y ha expuesto que su psicólogo le dijo que no denunciara hasta que no estuviera preparada y que, por eso, tardó tres años. Llegado el momento, las denuncias de otras mujeres la animaron a hacerlo y lo denunció porque quería que se pusieran nombres y apellidos. Sobre los hechos que denunció, ha explicado que a la presentación del libro de Errejón, la tarde que pasaron los hechos, no se vieron y ha puntualizado que aceptó ir a la fiesta con él, aunque se sentía “incómoda”. Además, ha expuesto que en la fiesta le dieron mucho alcohol y ha reconocido que no sabe si Errejón le puso algo en la copa, dado que era él quien le traía las bebidas.

En un momento de la noche, los dos entraron solos en una habitación. En la denuncia, constaba que Errejón había puesto el pestillo de la puerta: ella ha matizado que eso lo añadió la policía y que Errejón hizo el gesto que no podía salir. “Me sacó el sujetador, me tocó, me lamió y cuándo yo rechazaba cambiaba de estrategia”, ha explicado sobre el momento en el que se quedaron solos dentro de la habitación. Además, ha explicado que ella iba muy bebida porque hacía mucho tiempo que no bebía (había estado embarazada). “No ha rehuido ninguna pregunta en una declaración continua y consolidada, se ha expresado de manera propia de una víctima de violencia sexual”, añaden voces jurídicas consultadas por este medio.

Elisa Mouliaá als jutjats Errejón   EFE
Elisa Mouliaá en la salida de los Juzgados de Plaza de Castilla / Foto: EFE

Durante la declaración, Errejón se ha negado a contestar las preguntas de la acusación popular, ejercida por la Asociación Defensa Integral Víctimas Especializada (Adive). El abogado de Mouliaá, Alfredo Arrién, no le ha preguntado nada. El juez Adolfo Carretero le ha planteado por qué pensaba que la actriz lo había denunciado y si creía que le tenía animadversión. Él, que ha esgrimido que ella quería algo más romántico y él, una relación “más superficial”, ha contestado que imaginaba que Mouliaá quería tener “notoriedad” y “sacar un beneficio económico”. También ante el juez, la actriz ha subrayado que estaba viviendo un “infierno” y que si llega a saber las consecuencias que hubiera tenido, no habría presentado la denuncia.

En plantas distintas dentro de los juzgados para evitar verse

La expectación en las puertas de los Juzgados de la Plaza de Castilla era absoluta desde primera hora. Una multitud de periodistas se congregaban en la puerta esperando la llegada de Mouliaá y Errejón. Cuando faltaban veinte minutos para las once, la actriz ha entrado por una puerta secundaria, en la calle Capitán Haya, donde había menos medios. A pesar de eso, poco después, desde el interior de las dependencias judiciales, ha salido a las escaleras del Paseo de la Castellana para hacer declaraciones delante de los micrófonos, pero se ha visto sobrepasada por la presencia mediática y ha acabado haciendo marcha atrás. Inicialmente, antes de entrar, ha asegurado que quería estar “concentrada” y que mantenía “absolutamente” todo lo que figura a la denuncia.

Una hora más tarde, Errejón ha llegado por el mismo acceso. Dentro de los juzgados, para evitar que hubiera “contacto visual o físico”, Errejón y Mouliaá han estado en pisos separados, según informan fuentes jurídicas. Ella estaba en la tercera planta y él, en la quinta. La sala del juez está en la cuarta. Además, Mouliaá ha esperado que acabara la declaración de Errejón para salir de los juzgados acompañada de su abogado, Alfredo Arrién, que se tenía que quedar a la declaración del exdiputado.

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Íñigo Errejón después de declarar delante del juez, acompañado de su abogada, Eva Gimbernat / Foto: EFE

“Unos hechos que sucedieron sin su consentimiento, se sintió paralizada”

Los hechos que denunció Elisa Mouliaá tuvieron lugar en septiembre de 2021. La actriz relataba que los dos estaban en una fiesta en casa de una amiga suya y que, en un momento dado, los dos entraron en una habitación: el político cerró el pestillo de la puerta para “impedir que pudiera escapar”, la empezó a tocar y darle besos a diferentes partes del cuerpo, le “sacó el sujetador”, la “empujó sobre la cama”, “se sacó su miembro viril” y empezó a “lamer la zona de los pechos”. “Todos estos hechos pasaron sin consentimiento de la denunciante, que se sintió paralizada”, subrayaba la denuncia que Mouliaá presentó a la Unidad de Familia y Da de la policía española y que posteriormente llegó al Juzgado de Instrucción Número 47 de Madrid.

La actriz también expuso que antes de llegar a la fiesta, Errejón, con una actitud “dominante”, le había impuesto tres condiciones: “Que no se alejara mucho”, que si lo hacía, “no se fuera a más de 20 metros” y que “le diera un beso”. Eso hizo que la denunciante se sintiera “violentada y cortada”, pero decidió “guardar silencio por quién era”. Al cabo de un rato, Errejón le dijo que en veinte minutos los dos se tenían que marchar a casa de él y ella “accedió a su condición” porque quería que todo “acabara cuanto antes mejor”. De camino hacia casa de Errejón, Mouliáa recibió una llamada de su padre diciendo que su hija estaba a 40 grados de fiebre, cosa que no preocupó su acompañante, que “no reaccionó en absoluto” y mantuvo una “actitud fría e impasible”. Acabaron subiendo al domicilio de Errejón que, “empezó a besarla en los labios” y la volvió a tocar. “Íñigo, solo sí es sí. Parece mentira que se me esté pasando eso contigo”, le respondió la actriz. Y se marchó.