Finalmente, Íñigo Errejon ha declarado ante los juzgados por el caso de la patada a un vecino de Lavapiés. El líder de Más País ha negado hoy en sede judicial la versión del hombre que lo denunció por haberle dado una patada, defendiendo que lo único que hizo fue apartarle el brazo y en ningún caso agredirlo: "Yo no le he clavado una patada a nadie en mi vida", ha defendido. Errejón estaba citado a declarar como presunto culpable de un delito leve de maltrato y la Fiscalía Provincial de Madrid ha pedido que se dicte sentencia absolutoria, considerando que "no ha quedado acreditado que haya sido autor de un delito leve de maltrato", solamente que los dos se encontraron la madrugada del 2 de mayo.
El primero a declarar ha sido el denunciante, que ha ratificado lo que denunció la misma noche ante la policía. Después de haber dado un repaso de los hechos, que tuvieron lugar en plena campaña electoral por las elecciones a la Comunidad de Madrid que ganó Isabel Díaz Ayuso y donde la candidata del partido de Errejón, Mónica García, superó al PSOE y quedó segunda. El hombre en cuestión, que según su versión de los hechos paseaba por el barrio con un amigo y su perro cuando vio el político, a quién pidió una foto. El hombre, que se ha identificado como votante de derechas en otras ocasiones, en el mismo juicio ha dicho que vota en el Partido Popular, ha justificado que ya tenía una foto con Juan Carlos Monedero, uno de los fundadores de Podemos. Fue entonces cuando Errejón le habría negado la foto y además, le habría dado una patada. Como ya ha ido haciendo reiteradamente antes del juicio, el de Más País lo ha negado todo: "Le retiro brazo, porque me parece muy ofensivo que una persona a quien le has dicho que no unas cuantas veces te diga 'venga rojillo'". Antes de entrar en los juzgados, Errejón ya ha advertido que todo era un error: "He sido víctima de una mentira", ya que el testimonio de este hombre se ha difundido a través de OKDIARIO, el medio ultra dirigido por Eduardo Inda.
El denunciante, votante del PP
El denunciante ha asegurado a todo el contrario. Según él, Errejón le negó la foto y le dio una patada que le provocó un "dolor muy grande", explicando que a partir de lo que había pasado le pidió a su amigo que lo acompañaba durante el paseo que llamara a la Policía. Este hombre ha denunciado que como resultado de la presunta agresión, tuvo que parar su tratamiento contra el cáncer que sufría. Además, ha negado que se dirigiera al diputado con insultos o de malas formas, asegurando que no tiene ningún tipo de animadversión contra el político. Lo que sí ha reconocido, sin embargo, es que ha publicado varios tuits en Twitter en contra suya. Eso, sin embargo, no lo convierte en una persona de ultraderecha, ha dicho, y ha sido entonces cuando ha confirmado que es del PP.
Aquella noche, ha explicado al político, salió con algunos amigos en un bar madrileño hasta las 22:30, ya que para la pandemia los locales cerraban a esta hora. A la salida, cuando ya estaba en la calle, vio cómo se le acercaban dos hombres. "El más bajito me dice: "Hombre, Errejón, "Errejón, hagámonos una foto". Él se negó, "perdonamos, ha sido una campaña larguísima. Me tengo que ir", asegura que le dijo. Según ha detallado al juzgado, siempre se hace fotos con todo el mundo, pero que este señor le seguía insistiendo, hecho que le hizo sentir incómodo. Fue entonces cuando le dijo "Venga, rojillo, hazte una foto conmigo". El denunciante, según el diputado, se empezó a enfadar mucho: "Mi amigo me dice, vayámonos, y yo me molesto con él, porque encima me tengo que ir yo", expone, insistiendo en que nunca lo agredió.
Ningún agente lo vio
Ante estas declaraciones, el Fiscal ha pedido sentencia absolutoria en el marco del juicio que se ha celebrado este viernes a los Juzgados de Plaza de Castilla después de que el 25 de enero pasado se suspendiera la vista oral porque el Ministerio Público vio "vulnerado el principio de imparcialidad objetiva" al ser la jueza que juzga la misma que dirigió la investigación. La Fiscalía ha estimado que de lo escuchado lo "único" que ha quedado claro es que ambos coincidieron en el barrio madrileño de Lavapiés la noche del 2 de mayo. "En ningún caso ha quedado acreditado que esta patada se haya producido", ha dicho durante la lectura de las conclusiones del Ministerio Público. Además, ha subrayado que "ninguno de los agentes policiales vio lo ocurrido".